Fachada amistosa
En teoría Rusia y China son mejores amigos, unidos en una alianza amistosa para hacer frente a la hegemonía de Estados Unidos y Europa. Pero por debajo de la superficie, los lazos económicos entre ambos países se están debilitando.
Esta semana, el presidente ruso Vladimir Putin se encuentra en una visita de Estado en Beijing con su contraparte china Xi Jinping. En una entrevista previa a la visita, otorgada a la agencia de noticias oficial Xinhua, Putin dijo que “los lazos ruso-chinos probablemente han alcanzado su nivel más alto en la historia y continúan desarrollándose”.
Rolando HinojosaEn teoría Rusia y China son mejores amigos, unidos en una alianza amistosa para hacer frente a la hegemonía de Estados Unidos y Europa. Pero por debajo de la superficie, los lazos económicos entre ambos países se están debilitando.
Esta semana, el presidente ruso Vladimir Putin se encuentra en una visita de Estado en Beijing con su contraparte china Xi Jinping. En una entrevista previa a la visita, otorgada a la agencia de noticias oficial Xinhua, Putin dijo que “los lazos ruso-chinos probablemente han alcanzado su nivel más alto en la historia y continúan desarrollándose”.
Los gobiernos de ambos países incluso anunciaron sus intenciones de colaborar en la creación de una aeronave que competiría con los productos de Boeing y de Airbus, con una inversión conjunta de 20 mil millones de dólares.
Pero por debajo de los discursos y los acuerdos oficiales, la debilidad económica en ambos países ha debilitado los lazos entre Rusia y China. Durante la primera mitad del 2015 la actividad comercial entre estos dos países registró una caída interanual de 29 por ciento, alcanzando un monto total de 30.6 mil millones de dólares.
Bloomberg reporta que autoridades rusas ahora dicen que alcanzar la meta oficial de 100 mil millones de dólares en comercio chino-ruso fijada para este año es virtualmente imposible. Por el momento, la caída vista en los últimos seis meses ya sacó a Rusia de la lista de los 15 mayores socios comerciales de China – la primera vez que esto ocurre en más de cinco años.
La presión del yuan
Por si la caída comercial no fuese suficiente, China también presiona negativamente a Rusia por el lado monetario.
La mayor devaluación del yuan desde 1993, anunciada el 11 de agosto, ha visto una caída de más de 2.3 por ciento en el valor de la divisa china frente al dólar hasta la fecha. Durante el mismo periodo, el rublo ruso se ha depreciado más de 7.1 por ciento frente al dólar.
La razón de este vínculo se debe a que el debilitamiento del yuan aplica presión negativa sobre los precios del petróleo, el principal producto de exportación de Rusia. Esto empuja el valor del rublo hacia abajo, y orilla a la economía rusa hacia una depresión.
En respuesta, oficiales del Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia indicaron a la agencia de noticias paraestatal RIA Novosti que “la decisión del banco central chino seguramente aumentará la presión sobre las monedas de todos los países en desarrollo”.
Sin embargo, esta es una situación en la que la colaboración se vuelve difícil debido a que ambos países se enfrentan a fuertes problemas domésticos.
Por un lado, el debilitamiento del rublo ha empujado la tasa de inflación rusa por encima del 15 por ciento, mientras que las sanciones occidentales y el colapso en los precios petroleros han resultado en un año entero de contracción económica para Rusia.
En China, por otro lado, la desaceleración económica empujó el objetivo oficial de crecimiento a su menor nivel en 25 años, al mismo tiempo que altas cargas de deuda y el mayor colapso accionario desde 1992 amenazan el sistema financiero del país.
Comercio en peligro
El comercio chino-ruso no es el único que se encuentra en problemas, ya que el volumen comercial global cayó 1.5 y 0.5 por ciento, respectivamente, durante los dos primeros trimestres del 2015, según datos del Monitor de Comercio Mundial.
Un factor que ha pesado sobre estas caída es, sorpresivamente, la depreciación competitiva de divisas emprendida por diversos países emergentes.
Tradicionalmente, este tipo de tácticas ha impulsado el comercio al volver más baratas (y por lo tanto atractivas) las exportaciones de estos países. Pero ahora estudios realizados por el Banco Mundial (BM) y por el diario Financial Times muestran que este estímulo está perdiendo fuerza, y en algunos casos incluso está lastimando al comercio global. El estudio del BM reporta que entre 2004 y 2012 las depreciaciones en 46 países desarrollados y emergentes sólo fueron la mitad de efectivas que durante el periodo 1996 a 2003 en lo referente al impulso de las exportaciones.
El Financial Times indica que la relación estadística entre una depreciación y un impulso a las exportaciones ha desaparecido. El diario británico incluso advierte que “cualquier guerra de divisas entre mercados emergentes probablemente será aún más perniciosa de lo que se pensaba; su efecto neto sería una reducción del comercio global y, muy probablemente, del crecimiento económico”.