La reunión de política monetaria de dos días de la Reserva Federal (Fed) que inició ayer representa un punto de inflexión, tanto para la evolución de la actividad económica en Estados Unidos, como para la inercia de estabilidad reciente de los mercados financieros globales.
Con el balance de riesgos a la baja, derivado de una mejora en los indicadores económicos de Estados Unidos y en la ausencia de impactos significativos en los mercados globales, emerge un dilema para la Fed: ¿Cuál debe ser el ritmo de normalización de su política monetaria?
En el 2008, como respuesta a la crisis global, la Fed llevó su tasa de interés de referencia a niveles cercanos al cero por ciento. Desde entonces, el banco central únicamente ha realizado un incremento en los tipos de interés, de 25 puntos base, en diciembre del 2015.
Sin embargo, esto marcó una pauta en el discurso de la Fed, la cual se propuso elevar gradualmente su tasa de interés de referencia para normalizar su política monetaria. Cuando inició el 2016, la mediana de las proyecciones de los miembros de la Fed mostraba cuatro incrementos de 25 puntos base.
No obstante, la Fed se mantuvo adherida al status quo debido a los episodios de volatilidad en el sistema financiero internacional. Actualmente, las proyecciones del mercado estiman una probabilidad de menos del 50 por ciento de que se realice al menos una subida de los tipos de interés en el 2016.
Normalización interrumpida
La volatilidad generalizada que ha sido característica de este año, aunada a que en mayo se presentó el reporte de empleo estadounidense más débil desde el 2009, han limitado el proceso de normalización de la Fed.
La semana pasada economistas del banco de inversión Jefferies argumentaron en una nota para sus clientes que “la normalización de las tasas de interés ha dejado de ser una de las principales prioridades de la Fed, lo cual permanecerá así hasta que el polvo quede bien asentado en la economía y los mercados financieros”.
Pero tras la merma del impacto del Brexit en los mercados globales y el hecho de que en junio hubo un repunte significativo en el mercado laboral de Estados Unidos, la Fed gana margen de libertad para sus siguientes decisiones.
John Williams, presidente del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, considera que lo único necesario para subir los tipos de interés es la consolidación de la trayectoria de la inflación hacia el objetivo de 2 por ciento del banco central. Actualmente, la medida de inflación utilizada por la Fed muestra un crecimiento anualizado de 1.6 por ciento.
En ese sentido, Timothy Duy, director ejecutivo del Foro Económico de la Universidad de Oregón, argumenta que los miembros de la Fed proclives a mantener el status quo dominan la discusión de política monetaria actualmente. Sin embargo, también proyecta que la mejora en los datos económicos de Estados Unidos girarán la balanza hacia quienes proponen un alza en los tipos de interés.
Alza postergada
La probabilidad de un alza en los tipos de interés, derivada a partir de las posiciones de inversionistas en el mercado de futuros de la tasa de fondos federales, es de:
>10% para julio
>25% para septiembre
>49% para diciembre