Las élites globales han cambiado su discurso respecto al auge de la retórica proteccionista en las economías avanzadas. Frente al cuestionamiento de los beneficios del libre comercio, patente en la plataforma de los dos candidatos punteros en el proceso electoral de Estados Unidos y en el ánimo de quienes votaron por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, la defensa de la globalización ha migrado hacia el argumento del crecimiento inclusivo.
En una entrevista para el Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de investigación a favor del libre comercio, Jack Lew, secretario del Tesoro de Estados Unidos, dijo que los movimientos políticos disruptivos en Europa y Estados Unidos no obedecen únicamente a los efectos de la globalización.
Más bien, argumenta que este sentimiento de ansiedad se explica por la falta de acción de los gobiernos para poner en marcha políticas públicas que compensen a los “perdedores del libre comercio”.
Branko Milanovic, un economista serbio americano especializado en desigualdad, calculó el cambio en el ingreso por percentil global entre 1988 y 2008, un periodo de apertura y liberalización comercial que concluyó con la crisis financiera.
El avance marginal de los percentiles 75 a 90, donde se ubica la clase trabajadora de las economías avanzadas, contrasta con las altas tasas de crecimiento del resto de los percentiles.
En ese sentido, de acuerdo al diagnóstico del último Reporte de Perspectivas Económicas Globales del Fondo Monetario Internacional (FMI), la fragilidad de la recuperación de la economía global en el periodo poscrisis exacerbó el descontento de este segmento de la población.
Sin embargo, la crítica no se ha dirigido hacia el proceso de integración económica mundial.
“Creo que existe un amplio sentido de ansiedad de que el crecimiento económico no está llegando a los lugares donde vive la gente… Si estuviéramos invirtiendo más en infraestructura, y creo que debemos hacerlo; en educación, capacitación y seguridad social, no estoy seguro de que estaríamos en el mismo lugar”, refirió Jack Lew.
Discurso común
La postura de Lew complementa las recientes declaraciones de Christine Lagarde, directora gerente del FMI.
“Lo que esto nos dice (la creciente desigualdad) es que los gobiernos deben de trabajar más intensamente para hacer más inclusivo al crecimiento”, dijo.
Durante el fin de semana pasado, en la Reunión Anual del FMI, el organismo multilateral criticó duramente la imposición de medidas proteccionistas, advirtiendo que podrían incidir negativamente en la de por sí raquítica tasa de crecimiento.
Además, tanto la postura de Lew como la del FMI se encuentran en línea con la crítica insistente de Larry Summers, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, de que la política fiscal necesita adquirir un mayor rol en el estímulo de la economía global.
“Lo que podría estar preocupando un poco al FMI y otras autoridades es que se empiece a salir de control ese sentimiento de que el proteccionismo es mucho más positivo que la globalización”, dijo Luis Adrián Muñiz, subdirector de Análisis Económico de Vector Casa de Bolsa.