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Implosión demográfica

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que para el 2050 la población mundial habrá crecido 32 por ciento, lo cual se traduce a un aumento de 2.4 mil millones de personas. 

Sin embargo, la combinación de la caída en las tasas de natalidad y del incremento en las expectativas de vida ha resultado en que el crecimiento de la población en edad laboral, entre 15 y 64 años, es cada vez menor. Para la mitad del siglo, se espera que ésta crezca sólo 26 por ciento.

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el incremento previsto para el 2050 en la población mayor a 64 años contra su nivel actual; esta es la principal razón del aumento pronosticado en la razón de dependencia
La reducción de las tasas de natalidad golpea directamente el crecimiento al reducir el número de trabajadores que entran a la fuerza laboral para reemplazar a los que fallecen o se retiran

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que para el 2050 la población mundial habrá crecido 32 por ciento, lo cual se traduce a un aumento de 2.4 mil millones de personas. 

Sin embargo, la combinación de la caída en las tasas de natalidad y del incremento en las expectativas de vida ha resultado en que el crecimiento de la población en edad laboral, entre 15 y 64 años, es cada vez menor. Para la mitad del siglo, se espera que ésta crezca sólo 26 por ciento.

Para los mercados desarrollados y para algunos emergentes como China o Rusia, estas tendencias resultarán en un incremento en su razón de dependencia, forzando a una población laboral cada vez menor a mantener una población dependiente en aumento.

El envejecimiento poblacional y la menor natalidad confronta a los sectores público y privado con retos importantes, reduciendo el número de contribuyentes, trabajadores y consumidores disponibles y lastimando el crecimiento económico.

Los retos económicos causados por el envejecimiento poblacional son múltiples y diversos; van desde escasez de trabajadores e incrementos en los costos de los sistemas de pensiones hasta presiones negativas sobre la inflación y el crecimiento económico.

El diario The Wall Street Journal reporta que la tasa de crecimiento económico potencial de un país en el largo plazo depende de dos factores: el número de trabajadores disponibles en su economía y el nivel de productividad de éstos. 

En consecuencia, la reducción en el crecimiento poblacional que acompaña las menores tasas de natalidad golpea directamente el crecimiento al reducir el número de trabajadores que entran a la fuerza laboral para reemplazar a los que fallecen o se retiran.

Al mismo tiempo, el envejecimiento poblacional cambia la composición de la economía debido a que los adultos mayores no tienen los mismos hábitos de consumo y de ahorro que la población más joven. Debido a que este sector es más propenso al ahorro, su crecimiento proporcional mantiene apagadas las tasas de interés, la expansión económica y la inflación en el largo plazo.

Esto explica en parte por qué bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo no logran los resultados que esperan a pesar de implementar programas de estímulo sin precedentes.

Cambios históricos

Aunque los fuertes cambios previstos para las próximas décadas pueden verse lejanos y lentos, expertos advierten que este tipo de virajes se están presentando a un ritmo cada vez más veloz y que jamás se había visto en la historia.

Amlan Roy, experto en demografía en el banco Credit Suisse, indica en entrevista con The Wall Street Journal que los cambios poblacionales previstos por la ONU son “dramáticos y sin precedentes”. 

Como comparación Roy señala que tomó 80 años para que la mediana de edad en Estados Unidos subiera siete años, pasando de 23 a inicios del siglo XX a 30 en 1980, pero que sólo tomaron otros 34 años para que ocurriera un incremento de ocho años en ésta.

Difícil solución

El incremento de casi 14 por ciento que registrará la razón de dependencia del mundo para el 2050, principalmente debido al crecimiento proporcional de la población mayor a 65 años, es un reto que no ofrece soluciones sencillas ni para los gobiernos ni para las empresas.

Edades de jubilación más tardías y un mayor uso de la automatización puede prolongar el tiempo y productividad del trabajo de cada persona, combatiendo parcialmente las caídas de crecimiento causadas por el envejecimiento.

Otra vía es el incremento de la migración hacia aquellos países con mayor escasez de trabajadores, como Japón y Alemania. Sin embargo, en esto es necesario considerar que las fuentes tradicionales de migrantes hacia el mundo desarrollado también se enfrentan a sus propias presiones de envejecimiento y tienen cada vez menos trabajadores disponibles.

Impulsar la fertilidad también resulta ser difícil, como muestran los programas que otorgan ingresos adicionales a las madres con un mayor número de hijos, sin mencionar que tomaría décadas revertir las tendencias actuales con este método.

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