La esperanza está en París
En medio del año más caliente en la historia, líderes del sector privado como Bill Gates y Jeff Bezos, frustrados con el lento avance en alternativas para contrarrestar el calentamiento global, han decidido actuar por su cuenta mediante el financiamiento multimillonario de proyectos de energía renovable.
La vigésimo primera sesión de la conferencia de cambio climático organizada por la ONU ofrece aliento para quienes buscan acciones decisivas para combatir el calentamiento global y sus catastróficas consecuencias para la economía global.
Rolando Hinojosa
En medio del año más caliente en la historia, líderes del sector privado como Bill Gates y Jeff Bezos, frustrados con el lento avance en alternativas para contrarrestar el calentamiento global, han decidido actuar por su cuenta mediante el financiamiento multimillonario de proyectos de energía renovable.
La vigésimo primera sesión de la conferencia de cambio climático organizada por la ONU ofrece aliento para quienes buscan acciones decisivas para combatir el calentamiento global y sus catastróficas consecuencias para la economía global.
Sin embargo, aún entre retórica prometedora de parte de los líderes reunidos, hay quienes critican que la ausencia de un marco de acción claro y de objetivos vinculatorios vuelve la conferencia un ejercicio inefectivo que depende excesivamente de promesas amorfas y desiguales entre los gobiernos participantes.
Para la economía global, las consecuencias del calentamiento global podrían ser desastrosas.
Un estudio reciente realizado en conjunto por la Universidad de California en Berkeley y por la Universidad Stanford apunta que es probable que, si el calentamiento de la Tierra continúa al ritmo actual durante el próximo siglo, los ingresos promedio alrededor del mundo caerán 23 por ciento por debajo de su potencial.
Esto se suma a los efectos negativos pronosticados para las industrias agrícolas y de recursos naturales, el menor crecimiento económico resultante, y el enorme gasto público que se estima será necesario para compensar a la población más afectada por estos fenómenos.
La talla de estas consecuencias incrementa la urgencia de encontrar soluciones en el combate del calentamiento global, y pone los reflectores sobre la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) sobre el cambio climático organizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La esperanza de que la COP que toma lugar en París resulte en un acuerdo transformador con acciones decisivas es alta. Una encuesta realizada por Bloomberg entre los observadores de la COP muestra una respuesta promedio de 8 (en una escala del pesimista cero al optimista 10) respecto a la probabilidad de que se logrará un acuerdo.
Alimentando estas esperanzas se encuentra la respuesta alentadora al evento. 177 de los 195 países miembros de la ONU han enviado promesas de cambio, y por lo menos 147 mandatarios se encuentran presentes en la reunión.
Promesas, promesas
Entre quienes se muestran más escépticos sobre el potencial de la COP de París, una crítica común es la falta de un elemento vinculatorio en las metas establecidas durante la reunión.
Esta crítica apunta que no importa qué tan difícil sea llegar a un acuerdo en primer lugar si de todas formas quienes se adhieran a éstos pueden abandonarlos de forma unilateral sin un castigo de por medio.
Aún sin hablar de castigos hay quienes expresan dudas debido a que una cosa es prometer un blanco de reducción de emisiones de dióxido de carbono y otra es plantear las políticas necesarias para lograr esto objetivos.
En ese sentido, un análisis realizado por la investigadora Bloomberg New Energy Finance (BNEF) indica que algunos países se enfrentarán a mayores dificultades para cumplir con sus objetivos.
Mientras que BNEF pronostica que países como Brasil, Japón y los miembros de la Unión Europea probablemente lograrán sus metas, otros como China y México requerirán otorgar mayores incentivos para lograrlo, y otros como India y Estados Unidos probablemente no podrán cumplir realísticamente con sus objetivos.
Verdes multimillonarios
Los jefes de Estado de las principales economías del mundo no son los únicos protagonistas de esta cumbre de cambio climático de París. Los multimillonarios más acaudalados del planeta, que en su mayoría se caracterizan por ser líderes en innovación, también se suman a los esfuerzos para combatir los efectos del calentamiento global.
Bill Gates de Microsoft, Jack Ma de Alibaba, Jeff Bezos de Amazon, Mark Zuckerberg de Facebook, Ray Dalio de Bridgewater, Richard Branson de Virgin y otra decena de líderes industriales fundaron la Coalición para el Avance Energético.
La iniciativa pretende crear una red de capital privado que apoye el compromiso de 20 países para invertir 10 mil millones de dólares en la investigación y comercialización de tecnologías de baja emisión.
La Coalición para el Avance Energético propone poner fin a la ambigüedad que prevalece en los intentos de innovación energética. En palabras de sus miembros, se busca superar “el valle de la muerte entre los conceptos promisorios y los productos viables que es casi imposible de cruzar”.
A diferencia del inversionista tradicional, los miembros de esta coalición están dispuestos a tomar riesgos más altos cuyos beneficios se recibirán en el largo plazo. Bill Gates dijo que “esta fórmula va a acelerar la innovación en la investigación, de modo que se acelere el proceso de toma de riesgo”.
El fundador de Microsoft dijo al diario Financial Times que planea duplicar sus inversiones en tecnología verde a 2 mil millones de dólares en los siguientes cinco años.