La maldición de las paraestatales

Las principales empresas paraestatales del mundo han perdido el brillo que les caracterizó en los años posteriores a la crisis global de 2008. 

En los últimos siete años, estas firmas han perdido entre 33 y 37 por ciento de su capitalización de mercado, según reporta la revista The Economist.

En el mismo periodo, las empresas listadas en los mercados de valores del mundo han incrementado su valor en 5 por ciento. 

Este contraste evidencia las fallas estructurales que persisten en las compañías controladas por el Estado. 

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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por ciento representa el valor de mercado de las paraestatales respecto a todas las empresas, una baja desde el 20 por ciento que registraba en 2007
En México, la aprobación de la reforma energética quitó a Pemex y a CFE la etiqueta de paraestatales para asignarles el título de empresas productivas del Estado 
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Las principales empresas paraestatales del mundo han perdido el brillo que les caracterizó en los años posteriores a la crisis global de 2008. 

En los últimos siete años, estas firmas han perdido entre 33 y 37 por ciento de su capitalización de mercado, según reporta la revista The Economist.

En el mismo periodo, las empresas listadas en los mercados de valores del mundo han incrementado su valor en 5 por ciento. 

Este contraste evidencia las fallas estructurales que persisten en las compañías controladas por el Estado. 

Analistas enumeran una larga lista de deficiencias en las empresas paraestatales. Sin embargo, la sustitución de la vigilancia de inversionistas independientes por una operación que responde a incentivos políticos es citada constantemente como el trasfondo estructural.

Durante los años de bonanza y de entrada de capitales a los países emergentes, las firmas paraestatales realizaron grandes inversiones.  

Del año 2000 al 2012, dichas empresas lograron recaudar 500 mil millones de dólares en los mercados financieros.

El gasto de capital de las paraestatales se aceleró desde el 2006 hasta su pico en el 2009, donde llegó a representar un tercio de la inversión en capital de todas las empresas listadas del planeta.

Ahora, muchas de esas inversiones han redituado rendimientos bajos o negativos, dejando únicamente una cuantiosa deuda en los estados financieros de las paraestatales. 

Por ejemplo, la firma rusa energética Gazprom construyó un hotel de lujo de esquí para los Juegos Olímpicos de Invierno.   

Rosneft, otra firma energética de Rusia, debe de reestructurar una deuda de 21 mil millones de dólares para antes de abril. 

Asimismo, analistas consideran que los grandes bancos de China poseen en sus balances una serie de préstamos incobrables que aún no son reconocidos como tales.

A pesar de la caída en las ganancias y en el valor de las empresas paraestatales, su base laboral se ha incrementado en un 20 por ciento desde el 2007. 

Las firmas paraestatales listadas en mercado de valores que entran en el ranking de las 500 empresas más grandes del mundo emplean a alrededor de 8 millones de personas. 

La poca flexibilidad para realizar despidos, así como la fuerte intervención de los sindicatos públicos, es un argumento recurrente de los analistas para explicar el pobre desempeño de las empresas administradas por el gobierno.

En México, la aprobación de la reforma energética quitó a Pemex y a CFE la etiqueta de paraestatales para asignarles el título de empresas productivas del Estado.  

Pemex, la firma más grande del país, cambió su consejo de administración, removiendo los asientos del sindicato, en aras de una nueva etapa donde la empresa tendrá que competir directamente con las grandes petroleras internacionales.

Panorama sombrío

Hace siete años, las empresas paraestatales listadas representaban más de un quinto del valor de todas las firmas globales. Actualmente, la razón se ha reducido a apenas 13 por ciento. 

 Entre las diez paraestatales más grandes del mundo se encuentran siete compañías chinas.  El país asiático enfrenta una desaceleración en su economía que responde a una transición de un modelo de inversión hacia un esquema de consumo.

Además, cuatro de las principales diez paraestatales globales son empresas petroleras. El barril del crudo ha perdido alrededor de 40 por ciento de su valor desde su máximo anual en junio.

Tablero económico

El auge y caída de las empresas paraestatales alrededor del mundo ofrecen una referencia respecto del cambio de posiciones en el tablero económico global.

La crisis financiera mundial del 2008 desplazó a las economías desarrolladas de Europa y Estados Unidos como los principales motores de crecimiento. Su lugar lo tomaron las economías emergentes, particularmente el grupo BRIC.

Brasil, Rusia, India y China tomaron las riendas de la economía global en un entorno marcado por la incertidumbre y la desaceleración en los países desarrollados y sus principales socios.

El boom de precios de las materias primas de los años subsecuentes a la crisis, así como un escenario de bajas tasas de interés en Estados Unidos, Japón y Europa, impulsaron el protagonismo económico de los BRIC. 

Una diferencia fundamental entre las economías emergentes y sus contrapartes desarrollados reside en la intervención del Estado en la economía. 

Mientras que en los segundos la actividad económica está concentrada en la iniciativa privada, en los primeros se ha privilegiado un capitalismo de Estado. Las principales compañías del grupo de los BRIC son firmas paraestatales. 

Ahora, Estados Unidos vuelve a erigirse como la única potencia económica del mundo. Su economía se expandió 3.5 por ciento en el tercer trimestre a tasa anual.

Esto contrasta con la desaceleración china, los golpes que la economía rusa ha recibido por la baja en los petroprecios y por las sanciones políticas, así como la expectativa de crecimiento de menos de 2 por ciento de Brasil para el 2015. 

Fallas públicas

Algunos factores que han propiciado la crisis en las empresas paraestatales alrededor del mundo:

> Incentivos políticos
La falta de vigilancia de inversionistas independientes, así como un mal diseño de gobierno corporativo, vuelven a las paraestatales el blanco perfecto para cumplir objetivos políticos por encima de objetivos económicos

> Poca flexibilidad laboral
Las principales paraestatales listadas del mundo emplean a 8 millones de personas, cifra que ha crecido 20 por ciento desde el 2007. Esto evidencia costos crecientes a escala, así como pérdida de productividad.

> Dispendio de gasto
La falta de controles y de una evaluación de rendimiento sobre la inversión incentiva la realización de gastos, que dejan pocos beneficios a la empresa y que elevan la carga de deuda a la misma. 

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