La peligrosa deuda China
China ha pasado de acaparar los reflectores en el mundo financiero a acaparar las preocupaciones, y las consecuencias podrían rebasar por mucho las fronteras de la segunda mayor economía del mundo.
Una de las mayores fuentes de preocupación es su deuda , cuya magnitud y velocidad de crecimiento levantan alarma entre los expertos.
Al cierre del 2015, el monto total de la deuda china fue de más de 25 billones de dólares; esto suma las obligaciones públicas y privadas, pero excluye las deudas de las empresas del sector financiero.
China ha pasado de acaparar los reflectores en el mundo financiero a acaparar las preocupaciones, y las consecuencias podrían rebasar por mucho las fronteras de la segunda mayor economía del mundo.
Una de las mayores fuentes de preocupación es su deuda , cuya magnitud y velocidad de crecimiento levantan alarma entre los expertos.
Al cierre del 2015, el monto total de la deuda china fue de más de 25 billones de dólares; esto suma las obligaciones públicas y privadas, pero excluye las deudas de las empresas del sector financiero.
Este monto equivale al 247 por ciento del producto interno bruto (PIB) de China. Proporcionalmente, esta relación rebasa la que se observa en economías avanzadas como Estados Unidos y Alemania.
Pero aún más preocupante que el tamaño de la montaña de deuda china es la velocidad con la que ésta ha crecido. En 2008 la deuda de China representaba el 164 por ciento de su PIB, por lo que en siete años esta proporción creció más de 50 por ciento.
Tan solo en el primer trimestre del año se generaron aproximadamente 706 mil millones de dólares en nuevas deudas chinas – un máximo trimestral histórico que incluso rebasa lo ocurrido durante la crisis económica del 2009, cuando se la deuda pública se incrementó significativamente para financiar medidas de estímulo fiscal.
Este veloz incremento en la deuda, junto con la desaceleración económica que China está experimentando, preocupa a calificadoras crediticias como Fitch y Standard & Poor’s, que han recortado sus perspectivas acerca de la capacidad crediticia del país.
Si la deuda china se revienta y causa una crisis financiera y económica, los problemas se extenderían a través de la economía global. En palabras de Laurence D. Fink, presidente y director ejecutivo de BlackRock, la mayor administradora de activos del mundo, “todos tenemos que estar preocupados” por la deuda china.
¿Crisis en puerta?
La desaceleración económica de China, cuyo PIB registra su menor expansión en un cuarto de siglo, ya ha causado estragos alrededor del mundo.
La caída en la demanda china hundió el precio de las materias primas sobre las cuales dependen las economías de países emergentes como Brasil y Sudáfrica, afectando negativamente el crecimiento económico global.
A esto se suma el que las intervenciones monetarias chinas, incluyendo la sorpresiva devaluación del yuan en agosto del 2015, han incrementado significativamente la volatilidad en los mercados financieros.
Pero todas estas consecuencias se verían pequeñas en comparación con la crisis que la deuda china podría desatar.
Un reporte de la consultora McKinsey & Company advierte que si no se atiende adecuadamente, la deuda china podría representar un lastre económico durante décadas para el país asiático y para el resto del mundo.
Expertos preocupados
El legendario inversionista multimillonario George Soros dijo el mes pasado que “(China) se parece extrañamente a lo que pasó durante la crisis financiera en Estados Unidos en 2007 y 2008, que similarmente fue impulsada por crecimiento crediticio”.
Arthur Kroeber, director operativo de la investigadora Gavekal Dragonomics, comparte esta perspectiva, diciendo en entrevista con Quartz que “si (la deuda) crece muy rápido en un periodo corto de tiempo, esto casi siempre es una señal de que algo anda mal”.
Kroeber explica que “es muy inusual -casi imposible- que una economía repentinamente doble su capacidad para cargar con tanta deuda. Así que probablemente lo que está pasando es que mucha más deuda está siendo dirigida a inversiones menos y menos productivas .”
No todo mundo mantiene perspectivas igual de pesimistas acerca del dragón asiático: economistas de HSBC piensan que las preocupaciones exageran, y Justin Lin, ex-economista en jefe del Banco Mundial, piensa que China aún puede reavivar su crecimiento.
Por su parte, Fink mantiene su optimismo acerca de China en el largo plazo, pero advierte que “no puedes crecer 6 por ciento y tener balances (de deudas) creciendo más rápido. En el futuro, preferiría ver a la economía (china) creciendo 6 por ciento con alguna forma de desendeudamiento”.