La economía mexicana muestra un conjunto de indicadores mixtos que crea dudas sobre la dirección y la velocidad que tomará la recuperación. Por otro lado, gran parte de las reformas estructurales están por ser definidas aún.
Tanto la OCDE como el IMEF consideran que dichas reformas contribuirán en algún punto a alcanzar tasas de crecimiento anual del 5 por ciento.
La pregunta reside en el cuándo. Entidades que van desde el gobierno hasta la CEPAL y el FMI consideran que el empuje reformatorio no llegará en el corto plazo, si no en un término medio.
Leves esbozos de recuperación
La economía mexicana comienza a vislumbrar leves señales de recuperación.
El último indicador global de actividad económica que publicó Inegi muestra un crecimiento desestacionalizado mensual de 1.25 por ciento.
La cifra representa el mayor crecimiento mes a mes de los últimos 17 meses. Por su parte, el índice de confianza del consumidor avanzó por quinto mes consecutivo.
Además, impulsada por la recuperación económica de Estados Unidos, la balanza comercial de México volvió al terreno del superávit.
En mayo las exportaciones crecieron 4.7 por ciento en relación al mes previo.
En términos anualizados, las exportaciones no petroleras mostraron un aumento de 4.8 por ciento.
En el primer trimestre del año se observó el mayor crecimiento anual de la oferta y demanda agregada desde el cuarto trimestre del 2012. La expansión del 2.4 por ciento se dio gracias a un incremento de casi 3 por ciento anual del gasto de gobierno, así como un crecimiento anualizado de las exportaciones de 7.2 por ciento.
El índice de la Bolsa Mexicana de Valores ha crecido más de 15 por ciento desde que el 14 de marzo se tocó un mínimo anual de 37 mil 950 puntos.
Diversos analistas, entre ellos BBVA Research, no descartan que haya un crecimiento mayor al esperado dado un impulso exportador incentivado por la recuperación económica de Estados Unidos.
Indicadores decepcionan
No todo ha salido conforme a lo esperado en la recuperación económica del país, pues diversos indicadores con desempeño decepcionante muestran que el crecimiento no ha recuperado su paso.
Un ejemplo de esto es el indicador de pedidos manufactureros (IPM), que en junio mostró una caída de 0.73 puntos en su serie desestacionalizada.
En su interior, el IPM registró un descenso mensual desestacionalizado en cuatro de sus cinco componentes. Por subsectores de actividad económica, todos los grupos registraron incrementos interanuales reducidos, a excepción de la minería, que mostró una caída de 4.9 por ciento.
Mismo caso del índice de confianza del consumidor (ICC), que a pesar de haber mostrado un incremento mensual desestacionalizado de 0.78 por ciento, registró caídas en tres de los indicadores que lo componen.
Significativamente, los indicadores que mostraron una caída mensual fueron los correspondientes a la situación económica actual y esperada de los miembros del hogar.
La pérdida de confianza de los consumidores mexicanos podría ya estar afectando negativamente al comercio minorista.
Un ejemplo de esto es Walmart de México y Centroamérica, que en junio reportó un crecimiento de 3.2 por ciento en sus ventas totales, menos de la mitad de lo que se tenía previsto, que era de 7.6 por ciento.
Por si fuera poco, a pesar de que el gasto público se ha incrementado en el transcurso de este año y el Banco de México ha reducido su tasa de interés de referencia, estas medidas de estímulo aún no han surtido el efecto esperado.