Los estragos ocasionados por el fortalecimientos del dólar parecen no tener fin para México.
En los últimos 12 meses, el peso mexicano se ha depreciado 36 por ciento frente al dólar estadounidense, lo que representa una fuga importante de capitales.
La principal causa de lo anterior es la expectativa de alza de tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), que se espera se realice en septiembre o, a más tardar, en diciembre.
A esto se le debe agregar la volatilidad ocasionada por las recientes devaluaciones del yuan, la moneda de China, y el desplome del precio de los commodities, principalmente el petróleo.
Aunque México ha sido uno de los países emergentes que mejor ha conseguido hacer frente a estos tiempos de inestabilidad, el tipo de cambio del peso con el dólar cada vez toca nuevos mínimos históricos. Economistas justifican la depreciación del peso argumentando que es la moneda emergente más utilizada en el mundo y que su alto nivel de liquidez, además de ser un gran atractivo para los inversionistas, facilita su intercambio en momentos de volatilidad.
De tal modo, la administradora de activos JP Morgan Asset Management decidió incluir a México en su lista de países emergentes más vulnerables al flujo de capitales extranjeros. El denominado club de los “Cinco Frágiles” incluye también a Turquía, Sudáfrica, Indonesia y Colombia. Tanto México como Colombia son los nuevos miembros de la lista que anteriormente incluía a Brasil e India.
Hace dos años, el grupo original de los Cinco Frágiles fueron los que más se vieron afectados por la volatilidad que ocasionó la Fed al recortar su programa de compras de activos mejor conocido como Quantitative Easing.
Bienvenido al club
“Si eres dependiente al dinero de otras personas y entonces el precio [de tu principal exportación] cae, tienes un gran problema”, dijo el analista para JP Morgan Andrés García para The Financial Times.
En ese contexto, es importante recordar que el precio del petróleo perdió más de la mitad de su valor en el mercado en el último año y que todavía una tercera parte del presupuesto gubernamental proviene de su venta.
La caída de ingresos obligó al Gobierno Federal a realizar varios recortes al gasto para este año y el siguiente. Apenas el viernes la Secretaría de Hacienda y Crédito Público publicó que tendrá que ampliar el recorte presupuestal del 2016 que en un principio se estimaba en 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto.
Es difícil afirmar lo que le pasará a la economía nacional en el futuro, todo indica que se aproximan años complicados para las finanzas públicas.