Muro de contención

Para México la deuda se está encareciendo. Sin embargo, la alta demanda en el mercado de bonos está manteniendo deprimidos estos costos, evitando que se conviertan en un lastre aún mayor para el crecimiento económico.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informa que durante el primer trimestre del 2016 el costo financiero de la deuda pública registró un incremento interanual de 13.1 por ciento. Esto contrasta con la mayoría de los rubros del gasto público, cuya caída contribuyó al declive interanual de 7.2 por ciento en el gasto presupuestario.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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el rendimiento promedio en el mercado global de bonos en lo que va del 2016 - su mejor arranque desde 1997
“Los inversionistas van a seguir comprando (bonos). El entorno económico está caracterizado por alta incertidumbre y bajo crecimiento” 
Nikolaos Panigirtzoglouestratega de mercado de JPMorgan

Para México la deuda se está encareciendo. Sin embargo, la alta demanda en el mercado de bonos está manteniendo deprimidos estos costos, evitando que se conviertan en un lastre aún mayor para el crecimiento económico.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informa que durante el primer trimestre del 2016 el costo financiero de la deuda pública registró un incremento interanual de 13.1 por ciento. Esto contrasta con la mayoría de los rubros del gasto público, cuya caída contribuyó al declive interanual de 7.2 por ciento en el gasto presupuestario.

El incremento en el costo de la deuda obedece en parte al alza que han registrado las tasas de interés. En el último año la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) se incrementó en 75 puntos base, pasando de 3 a 3.75 por ciento – esto constituye un encarecimiento proporcional de 25 por ciento.

El resto del incremento en el costo del servicio de la deuda puede explicarse por el incremento en el monto de la misma. En el primer trimestre del año el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (la medida más amplia de la deuda pública mexicana) registró un incremento interanual de 15 por ciento.

Sin embargo, el apetito de los inversionistas por los bonos ha evitado que estos costos crediticios sean aún más altos.

El rendimiento del bono mexicano a 10 años, tomado como benchmark en el mercado, ha caído 36 puntos base en lo que va del año, y su variación interanual al cierre del primer trimestre fue un incremento de sólo 12 puntos base.

México no está solo en este fenómeno: Bank of America-Merrill Lynch reporta que el rendimiento promedio del mercado de bonos global ha sido de 3.3 por ciento en lo que va del año – su mejor arranque anual desde por lo menos 1997.

Impulso crediticio

El desempeño de los bonos está disminuyendo las preocupaciones de que el actual ciclo de alza de tasas de interés, detonado por la Reserva Federal a finales del año pasado, tenga un impacto negativo sobre el crecimiento económico.

Cuando las tasas de interés se incrementan, el rendimiento de los bonos tiende a seguirlas. Esto encarece el costo del servicio de la deuda para los gobiernos y las empresas. La mayor cantidad de dinero dedicada a este fin evita que se dedique a otros rubros productivos como la inversión o el consumo.

Sin embargo, debido a que los rendimientos de los bonos se mueven de forma inversa a sus precios, la fuerte demanda en el mercado los ha mantenido deprimidos, evitando que los costos de servicio de deudas se incrementen aún más y pesen sobre el crecimiento.

Los inversionistas se han volcado hacia los bonos, buscando un refugio de la volatilidad en los mercados accionarios y cambiarios, así como de la incertidumbre desatada por la desaceleración económica de China y el colapso en los precios de las materias primas como el petróleo.

JPMorgan-Chase, el mayor underwriter de bonos del mundo, estima que este año la emisión neta de bonos a nivel mundial será de 1.86 billones de dólares, mientras que las compras netas globales de estos instrumentos será de 1.74 billones de dólares.

A pesar de que esto muestra un quinto año consecutivo de sobreoferta en los mercados de deuda, el diferencial entre la oferta y la demanda verá su mayor reducción desde el 2009.

Hambrienta inversión

“Los inversionistas van a seguir comprando. El entorno económico está caracterizado por alta incertidumbre y bajo crecimiento”, dijo Nikolaos Panigirtzoglou, estratega de mercado de JPMorgan, en entrevista con Bloomberg.

Este tipo de perspectivas ha contribuído a que los rendimientos globales en este mercado se encuentren en un nivel que es menos de la mitad del registrado hace una década.

La manifestación más dramática de este fenómeno puede verse en los bonos con  rendimientos negativos, cuyo monto asciende a alrededor de 8 billones de dólares.

Si los tenedores de estos instrumentos se quedan con ellos hasta que maduren perderán dinero. A pesar de esto, el apetito por ellos no muestra señales de detenerse.

“La dinámica de oferta-demanda resulta en un entorno difícil para que las tasas de interés se incrementen significativamente en (la deuda pública) de Estados Unidos o de Europa”, dijo Barry HoAire, co-director de inversión en renta fija en Bel Air Investment Advisors, en entrevista con Bloomberg.
 

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