La reforma pendiente de esta administración será la de Pemex. El 1 de septiembre de 2012 el presidente Enrique Peña Nieto anunció en su primer mensaje a la nación que 2013 se convertiría en el año de las reformas.
Un día después, el mandatario firmó con las dirigencias nacionales del PAN, PRI y PRD el ‘Pacto por México’ con el que las fuerzas políticas se comprometían a aprobar las reformas estructurales.
Casi seis años después, el balance de estas iniciativas presenta grandes contrastes. Sin embargo, en este paquete reformador se quedó un vacío relacionado con la empresa petrolera.
“Se creó la Reforma Energética, pero, no se tocó a Pemex, sólo de manera muy sustancial. La solución que necesita la empresa es más profunda y más estructural como una reforma”, dice Luis Miguel Labardini-Deveaux, socio en Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía.
Uno de los principales rectores de la también llamada madre de todas las reformas fue transformar a Pemex de una paraestatal a una Empresa Productiva del Estado (EPE). Esto ayudó a la petrolera a aumentar su productividad, pero, no fue suficiente para que saliera de una crisis en la que lleva años.
Por ello, las decisiones que tome el próximo presidente en materia energética serán cruciales para impulsarla a salir de ese bache o hundirla aún más, advierten especialistas.
“Es una cuestión de voluntad política. La actual administración consideró que no era políticamente viable impulsar la Reforma Energética y al mismo tiempo crear una para Pemex porque iba a ser demasiado, pero, una vez que ya se puso en marcha la iniciativa, el siguiente mandatario tiene la obligación de concentrarse en Pemex”, recalca el socio en Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía.
Bache financiero
Durante el primer trimestre de 2018, la ganancia neta de la EPE subió un 29 por ciento frente al mismo periodo del año pasado, debido a la apreciación del peso y el rendimiento de derivados financieros, de acuerdo con el reporte de la empresa.
Los ingresos netos de Pemex crecieron 14.4 por ciento entre enero y marzo, a 397 mil 396 millones de pesos, por un alza del 23.8 por ciento en las ventas de exportación ante mayores precios del crudo y un incremento del 12.8 por ciento del volumen de petróleo.
Sin embargo, la producción de crudo tuvo una reducción del 6.3 por ciento a mil 890 millones de barriles por día (bpd), debido a altos inventarios que no pudieron entregarse por condiciones climatológicas adversas y un menor bombeo en algunos campos, principalmente de crudo ligero.
Labardini-Deveaux coincide en que la EPE vive un problema estructural y financiero. “Hubiera sido muy bueno que también se tomaran decisiones con respecto a Pemex de la misma forma en que lo hicieron con la Reforma Energética, lamentablemente no fue así y vemos las consecuencias en sus finanzas”, agrega.
Aunque la reforma liberó a la empresa de la obligación constitucional de ser el único proveedor de hidrocarburos y de petrolíferos en México, el experto reconoce que el esfuerzo que la petrolera hizo durante años “la dejó exhausta”.
Para el socio en Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía esta cifra tendría a cualquier otra empresa en la quiebra, ya que el capital social en números rojos es un lastre muy fuerte que limita sus posibilidades de invertir en proyectos que son rentables.
“Me gustaría que Pemex llegara a ser una empresa importante después de la Reforma Energética, como sucedió en países como Angola, Brasil y Colombia, donde las petroleras estatales siguen teniendo una posición muy relevante en su sector”, detalla.
Pemex reformado… lejos de lograrse
El director general de Pemex comentó en días pasados que la petrolera debe avanzar hacia una salida a Bolsa como ya lo ha hecho Saudi Aramco, aunque reconoció que este proceso tardaría años en concretarse.
“Quizá en los próximos siete años estaremos viendo una Oferta Pública Inicial (OPI)”, dijo Carlos Treviño.
Aunque la propuesta ha cobrado relevancia de nueva cuenta, la medida comenzó a discutirse en el Senado de la República hace 10 años, pese a que no avanzó mucho, más que en los bonos ciudadanos, que nunca se pudieron poner en marcha de manera formal.
“La idea de sacar a Pemex a Bolsa es muy buena, pero es compleja”, reconoce Arturo Carranza, especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).
Carranza explica que si la empresa logra dar el salto hacia el mercado bursátil, los accionistas podrían incidir en las decisiones estratégicas lo que fomentaría una mayor rendición de cuentas que a la larga favorecería el desempeño operativo de la petrolera.
“La Reforma Energética fue un buen esfuerzo, pero, no fue suficiente. Pemex necesita una reforma para darle mayor autonomía a su Consejo de Administración y con ello cambiar la actual imagen que tiene a una más transparente”, expone Carranza.
Los especialistas sugieren que otra forma en que Pemex podría capitalizarse es con la migración de todas las asignaciones que obtuvo en la Ronda Cero al nuevo esquema fiscal de la Reforma Energética.
La migración de los campos le daría mayor flexibilidad fiscal que le permitiría contar con más recursos para invertir.
El especialista en energía del INAP agrega que no sólo se trata de que la EPE migre en la parte contractual, también es importante que forme alianzas, como ya lo ha hecho, con otras empresas para poder desarrollar proyectos de exploración y producción, y de refinación. Esto le ayudaría a recuperar el brillo que perdió hace años a causa de unas finanzas poco sanas.
“Lo más valioso que la Reforma Energética le dio a Pemex fue la posibilidad de construir alianzas para poder desarrollar la riqueza petrolera que tiene México. Es importante que la próxima administración respalde esto para que la petrolera pueda afianzar sus pasos en este camino que ya ha comenzado a transitar”.