Las energías limpias comienzan a tomar ventaja en territorios petroleros. Por décadas, el petróleo se ha mantenido como el recurso no renovable más preciado de todo el mundo, debido a los diversos productos que se extraen de él para satisfacer necesidades y poner en marcha, a través de los servicios, los pilares que conforman a la sociedad.
El paradigma que se viene gestando desde los años 70 entorno al petróleo está cambiando con la apertura tecnológica y las posibilidades que ofrece con el uso de energías limpias.
En la actualidad, múltiples gobiernos, empresas y sociedades están cambiando su forma de consumir energía, poco a poco optan por alternativas como el biodiésel, etanol, biogás, hidrógeno, uso de energía solar, eólica e hidráulica para sustituir al petróleo.
Este cambio de preferencia podría hacer menos indispensable el recurso no renovable para las generaciones futuras, situación que podría poner en riesgo a países como México, que ha priorizado al petróleo como motor de su economía.
Uno de los grandes beneficios de utilizar energías limpias es que producen menos residuos, así como emisiones contaminantes, a diferencia de las energías no renovables que son las responsables de la mayor parte de la contaminación actual en el mundo.
Michel Chaín, exsecretario de Trabajo y Desarrollo Económico de Puebla, asegura que, a pesar de que el petróleo aún es un factor muy importante en como se conforma la economía, el paradigma tecnológico llegó a cambiar esta tendencia al grado de que cada vez se dependa menos de los hidrocarburos y más de las energías limpias.
Algunos de los países que optaron por el uso de energías renovables para adaptarse a los cambios que requieren las nuevas generaciones, son Suecia, que en su política de energía redujo el uso de carbono y petróleo para sustituirlos por biomasa; Letonia y Finlandia, que utilizan campos eólicos para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero proveniente de la quema de combustibles fósiles.
Austria, es otro de los países que sumó a su desarrollo económico energía renovable, el uso de biomasa lleva más de tres décadas funcionando en ese país con una eficiencia de 90 por ciento. Por otra parte, Dinamarca espera para 2035 usar energías limpias en un 100 por ciento y para el año 2050 liberarse por completo de los combustibles fósiles.
Michel Chaín argumenta que los hidrocarburos ya van de salida y seguir invirtiendo en los proyectos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en un rango de 15 a 20 años es una apuesta arriesgada y equivocada. Además, comenta que el tema que preocupa en la actualidad es la cantidad de recursos que se están destinando a la refinería de Dos Bocas, pues no se sabe cómo evolucionarán las energías en el mediano plazo.
“En México se tiene la fortuna de contar con condiciones idóneas para producir energías limpias, pero a largo plazo se debe tomar en cuenta que el petróleo es un bien no renovable y en algún momento se va a acabar. La discusión es: ¿en qué se está invirtiendo para tener una fuente de riqueza cuando el petróleo ya no sea demandado porque hay una tecnología que lo sustituyó o bien, cuando se agoten las reservas que se tienen como país?”.