La trayectoria de la tasa de interés de referencia de corto plazo de la Reserva Federal (Fed) se ha convertido en un punto de divergencia entre los miembros de la junta del banco central y los
participantes del mercado.
El viernes, Eric Rosengren, gobernador de la Fed de Boston y uno de los miembros más proclives a favorecer posturas de política monetaria laxa, dijo que se había fortalecido el caso para que el banco central eleve los tipos de interés en su reunión de septiembre: “Se puede realizar un caso razonable para continuar persiguiendo una normalización gradual de la política monetaria”.
La declaración contrasta con la probabilidad de apenas 24 por ciento que asignan las posiciones de los inversionistas en el mercado de futuros de la tasa de fondos federales a un alza de la tasa de interés en septiembre.
Los comentarios de Rosengren ocurren después de que Janet Yellen, presidenta de la Fed, hiciera una referencia similar a finales de agosto en el simposio de banqueros centrales de Jackson Hole.
La consolidación del discurso de un número creciente de miembros de la Fed a favor de un endurecimiento de la política monetaria precedió a un episodio de volatilidad en los mercados financieros.
Los principales índices de la bolsa de valores de Estados Unidos tuvieron su peor desempeño desde finales de junio, cuando la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) generó turbulencia generalizada en los mercados.
El índice Dow Jones cayó 2.1 por ciento; el S&P 500, 2.5 por ciento y el Nasdaq, 2.5 por ciento. Asimismo, el indicador de volatilidad CBOE presentó un alza de 40 por ciento, alcanzando su mayor nivel desde el inicio del verano.
El mercado global de renta fija también registró variaciones significativas. Después de que la aversión al riesgo llevó a las tasas de interés de los bonos de deuda soberana de las economías avanzadas a niveles cercanos a mínimos históricos, incluso en territorio negativo, estos activos mostraron su mayor avance en meses.
El bono alemán a 10 años, un activo de referencia que mantuvo su tasa en terreno negativo en la mayor parte del periodo posterior al Brexit, volvió a registrar una tasa de interés positiva.
Se acaba la fiesta
Analistas coinciden en que este fenómeno no representa una coyuntura aislada, sino un punto de inflexión en el comportamiento del mercado de bonos. Jeffrey Gundlach, director del fondo de inversión DoubleLine, que maneja 100 mil millones de dólares, declaró el viernes que había llegado el tiempo para prepararse para mayores tasas de interés en los activos de renta fija.
La lógica detrás de este punto de quiebre se encuentra en el argumento de que la intervención de los bancos centrales para estimular la economía sostiene la tendencia alcista del mercado de bonos y acciones.
Aún y cuando la probabilidad de un alza de tipos de interés no es abrumadora, la consolidación de esta posibilidad, patente en el discurso de los miembros de la Fed, comienza a pesar en el mercado.
“Vivimos en un mundo muy extraño. Por mucho tiempo la gente pensaba que el hecho de tener tasas de interés negativas era algo surreal. Ahora piensan que es surreal el hecho de que éstas sean positivas” , dijo Seamus Mac Gorain, estratega de inversión en la división de administración de activos de JP Morgan, a The Wall Street Journal .