T-MEC en la cuerda floja
La definición del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá podría complicarse por los posibles ajustes que realicen los demócratas en el documento final
Viviana BranLas cartas están sobre la mesa y los negociadores esperan que la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) finalmente ocurra antes de que termine julio. A pesar de que ya existe un acuerdo verbal que lo valida, existen varios factores que retrasarían el cierre del proceso que comenzó en 2017 con las rondas de modernización del TLCAN.
El primer obstáculo es que los demócratas no aprobaron en automático el acuerdo como el presidente Donald Trump esperaba, ya que insistieron en que no sólo se tenían que hacer cambios en la legislación, también se debían reforzar los capítulos relacionados con los temas laboral y ambiental.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), asegura que el problema con la firma del T-MEC es que en el Congreso de Estados Unidos la mayoría de los demócratas está de alguna forma generando presión para obligar a negociar al inquilino de la Casa Blanca otros aspectos que tienen que ver con política interna.
“El presidente Donald Trump no tendrá oportunidad solo con la parte republicana, México y Canadá tampoco tienen la capacidad para presionar a los demócratas y esta situación interna de Estados Unidos es la que está frenando la ratificación del T-MEC”, explica el doctor en economía.
Si la firma del acuerdo demora más de seis meses habría muchos más problemas para México, pues no sólo se frenarían las inversiones, lo más grave es que incluso se podría cancelar el acuerdo comercial.
La razón principal es que en Estados Unidos y Canadá se aproxima un periodo de cambio por las elecciones, por ello la decisión sobre el T-MEC en México está presionada a que se resuelva a más tardar entre mayo y junio de este año.
Golpe a los industriales
El documento se firmó en 2018 durante la cumbre del G-20 en Buenos Aires, Argentina por el expresidente Enrique Peña Nieto, el presidente Donald Trump y el primer ministro Justin Trudeau (Canadá), y una vez que entré en vigor sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Tan sólo con el TLCAN, Estados Unidos y México tuvieron un flujo comercial en 2017 de alrededor de mil 486 millones de dólares al día, cifra que representa más de 61 millones de dólares cada hora, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE).
Por su parte, durante el primer semestre de 2018, México exportó a Estados Unidos 54 mil 441 dólares por minuto y vendió entre enero y junio de ese año, 169 mil 322 millones de dólares en mercancías.
De no firmarse el T-MEC durante el primer semestre de este año, la situación para México podría agravarse, ya que la pausa comercial a la que se han enfrentado las industrias podría provocar graves daños a la economía.
Pero este retraso no es lo único que preocupa, la imposición de aranceles aduaneros al aluminio y acero es otra razón de peso.
El año pasado, el presidente Donald Trump con la medida 232 aplicó tarifas adicionales de 10 y 25 por ciento a las industrias mexicanas del acero y aluminio provocando que las exportaciones bajaran hasta 30 por ciento, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria y del Acero (Canacero).
A pesar del golpe al sector, México se mantiene como un jugador clave a nivel mundial al ubicarse como el 14 productor de acero en el mundo, con una manufactura de 20.2 millones de toneladas de acero líquido al cierre de 2018.
Esta industria es clave para el país, pues genera 672 mil empleos de forma directa e indirecta y el acero producido vía reciclaje de chatarra representa 38 por ciento de la producción nacional.
Aunque las autoridades mexicanas han pedido al gobierno de Estados Unidos sentarse a dialogar sobre el tema, hasta la fecha no se ha logrado un acuerdo. Hasta eso ocurra, la atención estará centrada en los movimientos que realicen los demócratas.
Conflicto interno
Víctor Valdivia, presidente de Kratos Consultores, opina que en este momento existe una batalla entre republicanos y demócratas, la cual gira alrededor de demorar la ratificación del documento para meter presión no sólo al presidente Trump, también a México y a Canadá.
“A México se le está presionando por la parte del muro y a Canadá por el mercado de los productos lácteos”, detalla el también economista.
Una posible recesión en Estados Unidos a finales de este año pone sobre la mesa la importancia de por qué el análisis que realiza el gobierno estadounidense en cuanto al T-MEC es crucial.
Si los demócratas logran cambiarle un solo capítulo al tratado, se tendrían que volver a poner las cartas sobre la mesa, situación que pondría en riesgo el mercado, así como a la economía de México y Canadá por tiempo indefinido.
Valdivia considera que una forma de tomar ventaja para el cierre formal del acuerdo sería que los gobiernos mexicano y canadiense se adelanten al diálogo y ellos pongan también sus condiciones con la intención de mantener un acuerdo regional.
“No les dieron tiempo de negociar, deberán generar acuerdos de manera independiente”.