Trumponomics: Riesgo en campaña
Las políticas de Trump significarían un freno directo al crecimiento de la economía mexicana. Las proyecciones de recesión en Estados Unidos, destino del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas, sería apenas el primer frente del Trumponomics.
Por otra parte, la promesa de deportaciones masivas pone en riesgo los 24 mil millones de dólares que el país recibe de remesas anualmente, un monto equiparable a la inversión extranjera directa y que se destina directamente a la población económicamente vulnerable.
Rodrigo Carbajal
Las políticas de Trump significarían un freno directo al crecimiento de la economía mexicana. Las proyecciones de recesión en Estados Unidos, destino del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas, sería apenas el primer frente del Trumponomics.
Por otra parte, la promesa de deportaciones masivas pone en riesgo los 24 mil millones de dólares que el país recibe de remesas anualmente, un monto equiparable a la inversión extranjera directa y que se destina directamente a la población económicamente vulnerable.
Finalmente, la propuesta de Trump de subir los aranceles a los productos mexicanos iniciaría una guerra comercial que echaría por la borda los beneficios que México ha obtenido del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Riesgo para México
La retórica de Trump no sólo ha calado hondo en el electorado estadounidense, sino que también lo ha hecho en la perspectiva que tienen los inversionistas del peso mexicano.
Dirk Willer, estratega de inversión de Citigroup, dijo a Bloomberg que “si hay certeza de algo, eso es que el peso se debilitará si Trump gana las elecciones presidenciales”.
Tanto Citigroup como Barclays han aconsejado a sus clientes cubrir sus posiciones en pesos, citando preocupaciones de un incremento en el riesgo de los activos mexicanos como consecuencia de las políticas económicas que han sido propuestas por Trump.
En abril, Grupo Financiero Banamex publicó un reporte firmado por Sergio Luna y Joel Virgen en el que concluía que la llegada de Trump a la presidencia ocasionaría una sobrerreacción en el tipo de cambio.
Debido a que el peso es la moneda emergente más líquida y a que opera las 24 horas del día los siete días de la semana, la divisa ha probado ser muy sensible a un incremento en el sentimiento de aversión al riesgo del mercado.
La incertidumbre que han generado la crisis de deuda griega, la caída del precio del petróleo, la devaluación del yuan chino del verano pasado y el referéndum de permanencia de Reino Unido en la Unión Europea se han traducido en episodios de depreciación para el peso.
Gabriel Casillas, economista en jefe de Grupo Financiero Banamex, argumentó en un columna publicada por el diario El Financiero que el siguiente evento que provocará disrupción en la divisa mexicana será la campaña presidencial de Donald Trump.
A diferencia de los últimos episodios de depreciación de la moneda mexicana, la liquidación de posiciones en activos en pesos obedecería a consideraciones relacionadas directamente con la economía mexicana y no como resultado de un deseo de los inversionistas de balancear sus portafolios con la venta de pesos. Esto significaría una caída en la paridad peso dólar de mayor magnitud.
Asimismo, Benito Berber, estratega de inversión en jefe para América Latina de Nomura, dijo al diario The Wall Street Journal que “el peso es probablemente una de las monedas más vulnerables al impacto de las políticas propuestas por Trump”.
El reporte de Grupo Financiero Banamex considera que las autoridades mexicanas tomarán medidas adicionales para hacer frente a un debilitamiento del peso de una magnitud considerable.
En ese sentido, Grupo Financiero Banorte argumenta que la extensión de la línea de crédito flexible del país en el Fondo Monetario Internacional fue diseñada para solventar las posibles salidas masivas de capital que pudieran ser provocadas por un triunfo de Trump en las elecciones del 2016.
Riesgo para Estados Unidos
La línea de política económica que ha delineado el discurso de Trump no sólo representa una amenaza para los pilares del modelo económico de México, sino también para la economía estadounidense.
La firma Moody’s Analytics publicó esta semana un reporte titulado “Las consecuencias macroeconómicas de las políticas económicas del Señor Trump” . El documento realiza una proyección de la economía de Estados Unidos a partir de los tres grandes lineamientos de las propuestas de Trump: un recorte sustancial de impuestos, la deportación masiva de inmigrantes y la imposición de aranceles y tarifas a los productos de China y México.
Si la administración de Trump tiene éxito y logra que el Congreso apruebe sus políticas a cabalidad, Moody’s Analytics pronostica una reducción de 0.9 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos en los dos últimos años del cuatrienio y un repunte del desempleo a un nivel de 7.4 por ciento para 2021.
Moody’s Analytics calcula que en el primer año de gobierno de la administración de Trump, la economía crecería a una tasa de 3 por ciento derivado del boom en el consumo generado por el recorte de impuestos.
Sin embargo, cuando el efecto del crecimiento cese, la falta de ingresos fiscales se reflejará en un mayor déficit y un incremento de la razón deuda-PIB, lo que llevaría a los tenedores de bonos del Tesoro a exigir un mayor rendimiento. Esto presionaría a la Reserva Federal a subir los tipos de
interés, en detrimento de la actividad económica.
Además, el alza de tasas se exacerbaría por un repunte inflacionario derivado de un incremento en el nivel salarial generado por las deportaciones masivas y de un aumento en el precio de las importaciones, producto de la guerra arancelaria iniciada por la administración de Trump.
Moody’s concluye que bajo cualquier escenario, aún si las políticas de Trump no son aprobadas en su totalidad, la economía estadounidense se encontraría en una peor posición, de mayor debilidad y aislamiento.