Un recorte a largo plazo
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray, ha dicho que el presupuesto federal correspondiente al 2016 no será “inercial, como lo ha sido en los últimos 15 años, sino que realmente se hará una revisión completa”.
Rolando Hinojosa
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray, ha dicho que el presupuesto federal correspondiente al 2016 no será “inercial, como lo ha sido en los últimos 15 años, sino que realmente se hará una revisión completa”.
Esto se debe a que el próximo presupuesto se realizará con “base cero”, lo cual requerirá identificar, y recortar, los rubros innecesarios dentro de los 889 programas presupuestarios. El día de ayer, la SHCP presentó a la Cámara de Diputados el catálogo de programas que planea incluir en su propuesta presupuestaria para el próximo año.
Pero aunque los montos que se planean asignar a los programas aún son desconocidos, ya que éstos no se revelarán hasta la presentación del nuevo Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación en septiembre, expertos ven pocas posibilidades de ahorro fiscal en el corto plazo.
Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) muestra que la “base cero” es vista como un buen primer paso para corregir las ineficiencias fiscales, pero que en el corto plazo sólo menos del 6 por ciento de los egresos pueden ser recortados.
Es por esto que Sunny A. Villa, investigadora del CIEP, dice en entrevista que “no podemos esperar que exista un presupuesto base cero de un año para otro”.
Tres cuartos obligados
Según el análisis de Villa, 73 por ciento del presupuesto de egresos está compuesto por gastos y obligaciones de las cuales el Gobierno no puede deslindarse, de acuerdo con la legislación vigente.
Estas obligaciones incluyen el pago de la deuda pública y sus intereses, la provisión de servicios públicos, las pensiones y jubilaciones del sistema de seguridad social, entre otros rubros.
Incluso dentro del 27 por ciento restante en el presupuesto, Villa estima que sólo el 5.29 por ciento podría, en el mejor de los casos, reducirse en el ejercicio fiscal que viene. Recortar el otro 21.71 por ciento del presupuesto requeriría “un amplio estudio de las posibilidades para mejorar su eficiencia”, por lo que modificarlos tomaría más de un año.
Villa indica que “habrá que esperar a ver qué nos presenta la Secretaría de Hacienda. Lo que se saca (ayer) es apenas un primer arranque”. La experta aclara que “de acuerdo a los lineamientos que (Hacienda) presentó la semana pasada, se nos dice que vamos a tener que esperar hasta la presentación” del paquete de egresos en septiembre.
¿Por qué la base cero?
México, un país en donde un tercio del presupuesto federal depende de los ingresos petroleros, está entrando en una fase de austeridad a raíz de la caída en los precios del crudo.
Con el fin de mantener la estabilidad macroeconómica, la SHCP determinó que reducirá el gasto público en 259 mil millones de pesos en 2015 y 2016.
Sin embargo, ésta no es la única respuesta del gobierno para blindar las finanzas públicas ante la caída del precio del petróleo. Ayer, la SHCP envió la primera propuesta del programa presupuestal para 2016.
La diferencia de este año en relación a los anteriores radica en que el presupuesto se elaborará en función de una nueva técnica: la base cero. Esencialmente, la técnica consiste en evaluar cada uno de los programas y gastos del gobierno federal sin referencia a los años anteriores ni estadísticas históricas. Es decir, el presupuesto parte de cero porque se basa únicamente en las expectativas futuras.
Cada unidad gestora del gobierno federal deberá justificar detalladamente sus peticiones presupuestarias, lo que implica un proceso burocrático más pesado.
No obstante, el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP) refiere que la reingeniería del presupuesto busca asegurar un gasto público más eficiente al romper con la tendencia inercial de la asignación de recursos.
Expertos coinciden en que las mayores virtudes del presupuesto base cero yacen en la asignación de un nivel de prioridad a los programas, así como a la eliminación del crecimiento constante del gasto.