Vuelve la inflación

El control de la inflación se ha convertido en la carta de presentación de la política económica mexicana orientada a la estabilidad macroeconómica. 

En la primera mitad del 2015, se inició una racha en la que la inflación registró mínimos históricos durante ocho meses consecutivos, debajo del nivel objetivo de 3 por ciento establecido por el Banco de México (Banxico).

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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la inflación prevista para el cierre del 2016, según la más reciente encuesta de especialistas realizada por Banxico

El control de la inflación se ha convertido en la carta de presentación de la política económica mexicana orientada a la estabilidad macroeconómica. 

En la primera mitad del 2015, se inició una racha en la que la inflación registró mínimos históricos durante ocho meses consecutivos, debajo del nivel objetivo de 3 por ciento establecido por el Banco de México (Banxico).

A pesar del efecto transitorio de la caída de los precios de los energéticos y de los servicios de telecomunicaciones, la tendencia bajista de la inflación generó disonancia respecto a la coyuntura de depreciación del peso frente al dólar.

En los últimos doce meses, la divisa mexicana perdió el 26 por ciento de su valor frente a la moneda estadounidense. Sin embargo, el traslado de mayores costos de importación hacia los precios al consumidor no se hizo patente a lo largo del año. 

Fue hasta el mes pasado cuando se rompió la tendencia de desaceleración de la inflación. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que en enero del 2015 el cambio anualizado en el nivel de precios fue de 2.61 por ciento.  La cifra representa un súbito ascenso respecto a la inflación anualizada de 2.13 por ciento que se presentó en diciembre del 2015.

La cifra desestacionalizada del cambio en el nivel de precios respecto al mes anterior se situó en 0.38 por ciento. Si el ritmo de la inflación se mantiene en línea con lo presentado en enero, la inflación para todo el 2016 superaría el 4.5 por ciento.

La inflación subyacente, que ignora los precios energéticos y agrícolas, creció 2.52 por ciento en enero en relación al mismo mes de 2015.

Trayectoria creciente

Aunque la inflación de enero superó las expectativas del consenso de analistas (2.52 por ciento), un repunte dramático de este indicador es visto como poco probable.

De hecho, la trayectoria inflacionaria converge hacia lo esperado por la encuesta de expectativas de los especialistas en economía del sector privado que realiza Banxico mensualmente: un cambio en el nivel de precios de 3.10 por ciento en 2016 y de 3.31 por ciento en el 2017.

La sutil aceleración esperada en la actividad económica, la estabilización de los precios de telecomunicaciones, energéticos y materias primas, así como el traslado de los efectos de la depreciación hacia la economía real, son algunos de los argumentos más citados para justificar el fin de la racha de la inflación en mínimos históricos.

Agustín Carstens, gobernador de Banxico, enfatizó la postura de política económica de que el tipo de cambio ayuda a absorber choques externos.

No obstante, en enero aparecieron los primeros indicios de que los consumidores ya están percibiendo mayores costos en los principales productos de importación. 

En términos anualizados, las mercancías no alimentarias (medicinas, automóviles, equipo de cómputo, electrodomésticos) tuvieron una inflación de 3.09 por ciento.

La cifra no demuestra la magnitud de la depreciación de la moneda mexicana frente al dólar, pero sí comparte una trayectoria de ascenso similar que la ubica en su mayor nivel desde marzo 2013. 

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