Colmillos codiciados
La caza ilegal de elefantes está fuera de control, la cifra de muertes alcanzó niveles récord debido a la alza en la demanda de productos elaborados con marfil en países del Lejano Oriente.
Gabón, en África, es uno de los lugares más afectados, en donde la caza furtiva o ilegal ha cobrado las vidas de más de 11 mil 100 elefantes (entre el 44 y 77 por ciento), desde el año 2004, según un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Agencia de Parques Nacionales de Gabón (ANPN) y por la Sociedad de Conservación de la Fauna (WCS).
María Alesandra PámanesLa caza ilegal de elefantes está fuera de control, la cifra de muertes alcanzó niveles récord debido a la alza en la demanda de productos elaborados con marfil en países del Lejano Oriente.
Gabón, en África, es uno de los lugares más afectados, en donde la caza furtiva o ilegal ha cobrado las vidas de más de 11 mil 100 elefantes (entre el 44 y 77 por ciento), desde el año 2004, según un estudio realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Agencia de Parques Nacionales de Gabón (ANPN) y por la Sociedad de Conservación de la Fauna (WCS).
La venta de marfil ha instigado a la caza furtiva, como también al crímen organizado y a la inestabilidad política de los países asiáticos tales como India.
Otro factor que derivó en el alza de muertes es que cada vez hay menos elefantes en el mundo (en India quedan aproximadamente 26 mil elefantes en la vida salvaje), razón por la que ha aumentado el valor del marfil, cuya demanda además va en ascenso.
Bas Huijbregts, del WWF, recalcó en la BBC que los altos precios que se pagan por comprar marfil en el Extremo Oriente, han causado que se busque controlar el comercio en Gabón, ya que al ser un producto con ese valor, se están “corrompiendo a las autoridades gubernamentales en todos los niveles: hay puestos de control en todo el lugar, pero nunca nadie detecta ese marfil”.
Las prácticas de caza ilegal y el comercio en el mercado negro no son las únicas causas que están terminando con los paquidermos.
De los 88 corredores –caminos que les permiten a los elefantes cruzar de un hábitat a otro–, 40 tienen carreteras nacionales que los atraviesan, mientras que 21 tienen vías de ferrocarril y 18 las dos cosas, de acuerdo a una publicación en Al Jazzera.
Ejemplos de decesos de elefantes abundan, tal como a principios de este año, un tren asesinó a tres elefantes en Bengala. A mediados de enero, otros dos más fueron arrollados por un tren en el Parque Nacional Rajaji, en Uttarakhand. Durante ese accidente falleció un elefante macho de nueve años y la hembra resultó herida.
Amenaza para los humanos
Los elefantes son vegetarianos y en ocasiones tienen que recorrer hasta millas fuera de su hábitat para alimentarse, lo que representa un peligro más, según afirmó Belinda Wright, presidente de la Sociedad de Protección de la Vida Silvestre de la India.
Esto también significa una amenaza para el hombre, pues se estima que 300 personas mueren cada año, a causa de que los paquidermos llegan a sus aldeas en búsqueda de
alimento.
No son agresivos, pero “el aumento de los conflictos con los humanos les está haciendo más y más agresivos”, dijo Wright.