El preludio de un conflicto

La tensión en el continente asiático ha llegado a su punto más alto en los últimos días, y ya no se trata solo del conflicto entre las dos Coreas, sino del preludio de uno de mayor escala con más participantes.

A pesar de los intentos del Gobierno chino por mediar entre las partes, el regimen norcoreano continúa con su programa de ensayos de cohetes balísticos de alto alcance que amenazan a Corea del Sur, e incluso a Japón.

Estados Unidos, aliado de estos dos países, ha comenzado los movimientos para fortalecer su presencia en la región ante la amenaza nuclear norcoreana.

Corea del Sur, apoyado por el Gobierno estadounidense, acelera el despliegue del polémico escudo antimisiles Thaad para defenderse de su peligroso vecino.

Los japoneses tampoco se quieren quedar atrás.

El pasado lunes, los norcoreanos lanzaron misiles de alcance medio como parte de sus ejercicios militares; tres de ellos cayeron en aguas japonesas, encendiendo las alarmas de las autoridades, que convocaron a una reunión de emergencia.

El Ministerio de Defensa japonés ya está evaluando la posibilidad de reforzar sus medidas de protección con la instalación de nuevos destructores antimisiles, incluso con la posibilidad de colocar también el controvertido Thaad.

El recelo de China

Beijing mira con preocupación la escalada de tensión en la región y sobre todo recela ante los movimientos de Estados Unidos; advierten que podrían tomar acciones para proteger sus intereses.

Por un lado, el Gobierno chino muestra su lado conciliador y propone a Corea del Norte la suspensión de sus ensayos con misiles a cambio de que Estados Unidos y Corea del Sur pongan fin a sus maniobras militares conjuntas en la región.

Por el otro, desconfía de Estados Unidos y su avance en la región, y teme que desde Washington aprovechen la inestabilidad en la región para reforzar su presencia militar, lo que consideran una afrenta.

China se ha convertido ahora en un importante jugador geopolítico, y sobre todo el factor de equilibrios en la región.

A pesar de tener una alianza -principalmente comercial- con el Gobierno norcoreano, ha aumentado la presión sobre Pionyang para que suspenda su programa armamentístico, con algunos bloqueos comerciales que golpean la entrada de divisas a Corea del Norte.

En otras circunstancias, quizá ignoraría a su aliado comunista, pero la actitud belicosa del dictador norcoreano ha dado pie a una intervención militar más activa de los Estados Unidos en la región, con la justificación de respaldar a sus aliados, y eso preocupa a los chinos.

Aunque Estados Unidos sostiene que la instalación del sistema antimisiles en territorio surcoreano no es una amenaza para Beijing o para otros vecinos asiáticos, los chinos temen que el sistema represente un riesgo tan cerca de sus fronteras.

Amenaza latente

El trasfondo del inminente conflicto es la escalada de armamento nuclear que en los últimos años realiza el régimen norcoreano de la mano de Kim Jong-un.

Los desafíos del dictador de 33 años de edad han sido recurrentes, lo que le ha valido una censura a nivel internacional, así como el endurecimiento de sanciones por parte de las Naciones Unidas.

Nada de ello parece inquietar a Kim Jong-un, quien gobierna con puño de hierro bajo múltiples señalamientos de violaciones a los derechos humanos, persecución y ejecuciones sumarias a sus opositores, o a quienes identifica como enemigos del régimen.

Polémico despliegue

El escudo de defensa que Estados Unidos y Corea del Sur están desplegando de manera conjunta en territorio surcoreano enfrenta un fuerte rechazo de China.

En primer lugar, por la preocupación de un probable aumento de presencia militar estadounidense en la región, y segundo porque dudan del verdadero alcance del sistema Thaad.

El Sistema de Defensa Aérea de Alta Altitud Terminal (Thaad por sus siglas en inglés) permite detectar el lanzamiento de misiles enemigos, interceptarlos y destruirlos.

Las autoridades chinas consideran que las capacidades de los radares de vigilancia y alerta del sistema van más allá de lo necesario para la defensa de Corea del Sur.

Y representan un desafío del poder militar de Estados Unidos demasiado cerca de la frontera china.

El Gobierno de China ya hizo pública su petición al Gobierno de Corea del Sur a detener la instalación del escudo; sin embargo, tanto los surcoreanos como los estadounidenses han acelerado su despliegue.

Actualmente Estados Unidos ya desplegó este sistema en Guam y Hawai como una medida preventiva ante la amenaza de Corea del Norte.

Círculo de apoyo

El incremento en el armamento nuclear de Corea del Norte moviliza a sus vecinos y aliados de éstos:

CHINA

> Aumentó la presión sobre Pionyang para que suspenda su programa armamentístico.

> Implantó bloqueos comerciales que golpean la entrada de divisas a Corea del Norte.

> Desconfía de EU, teme que aproveche la inestabilidad en la región para reforzar su presencia militar.

ESTADOS UNIDOS

> Comenzó movimientos para fortalecer su presencia en la región ante la amenaza nuclear norcoreana.

> Sostiene que la instalación del sistema antimisiles en territorio surcoreano no es una amenaza para Beijing.

JAPÓN

> Luego de que tres misiles norcoreanos cayeron en aguas japonesas, el Gobierno nipón convocó a una reunión de emergencia.

> El Ministerio de Defensa japonés evalúa la posibilidad de reforzar sus medidas de protección con la instalación de nuevos destructores antimisiles.