De cura a esposo gay
Andrés Gioeni solía oficiar misas en una iglesia de Mendoza, una de las ciudades más grandes de Argentina, pero ahora está por convertirse en el primer exsacerdote católico en contraer matrimonio con otro hombre.
El argentino dejó de ser “el padre Andrés” en 2001, cuando renunció al hábito para huir a Buenos Aires, donde empezó una nueva vida, primero en una editorial religiosa y luego como actor, profesión que incluso lo llevó a posar en ropa interior una ocasión.
Pedro Pablo Cortéshttps://www.youtube.com/watch?v=hHHMHmuPedY
Andrés Gioeni solía oficiar misas en una iglesia de Mendoza, una de las ciudades más grandes de Argentina, pero ahora está por convertirse en el primer exsacerdote católico en contraer matrimonio con otro hombre.
El argentino dejó de ser “el padre Andrés” en 2001, cuando renunció al hábito para huir a Buenos Aires, donde empezó una nueva vida, primero en una editorial religiosa y luego como actor, profesión que incluso lo llevó a posar en ropa interior una ocasión.
Ahora, después de más de una década de conocer a su pareja, el productor Luis Iarocci, Gioeni se casará el 7 de marzo.
Pero conseguir su felicidad no fue sencillo, expresa en entrevista con Reporte Indigo, pues le costó ocho años de confusión en el seminario, dos años y medio de ser cura, vergüenza y la discriminación de una comunidad religiosa homofóbica.
“Llegó un momento en que me empecé a dar cuenta que había como un vacío, algo que no me terminaba de cerrar dentro mío”, manifiesta el hombre de 42 años, “y cuando empecé a ahondar me di cuenta de que el celibato no iba a ser para mí.
“La contención que yo estaba necesitando era corpórea y concreta, no abstracta como un amor de la comunidad y de dios. Entonces decidí abrirme, porque cuando indagaba más a fondo me daba cuenta de que mis tendencias también eran homosexuales”.
Seminario de autoaprendizaje
Argentina es pionero de los derechos homosexuales en América Latina, mas Andrés Gioeni creció en un ambiente conservador con poco acceso a la educación sexual, lo que le impidió descubrir su orientación a temprana edad.
Antes de entrar al seminario, el mendocino participaba en un grupo juvenil parroquial junto a su novia, con quien soñaba ir de misiones a África
“Si ahora me pongo a mirar para atrás, a lo largo de mi vida, yo desde chiquito tengo que acomodar los elementos que me tendrían que haber dicho: ‘mirá, tu tendencia es netamente homosexual’”, expone.
“Pero uno cuando va creciendo lo va ocultando, lo va escondiendo y lo va tapando en el inconsciente, porque siempre dicen que ‘no hay peor ciego que el que no quiere ver’. No me convenía esa realidad y no la quería asumir”.
La verdad se volvió incontenible en los últimos seis meses de su sacerdocio, cuando Gioeni empezó a explorar su sexualidad en sitios de chats para adultos homosexuales.
“Cuando terminaba te chatear me sentía muy mal, pecador, que estaba traicionando todos mis principios, y en esos últimos seis meses de mi sacerdocio empiezo a darme cuenta de que esto que me está pasando no va a ser algo transitorio”, indica.
Nuevo amor, nueva vocación
Con el autoestima en el suelo y con secretos aún a cuestas, Andrés Gioeni huyó a Buenos Aires, donde trabajó en una editorial católica y luego como mesero en una discoteca, lugar en el que conoció a un cliente que en 2004 se volvió su actual pareja.
Además de un nuevo amor, al dejar el hábito redescubrió su vocación como modelo y actor, lo que le ha conseguido empleo teatro y televisión, pero también creó polémica cuando por motivos laborales posó en ropa interior para la revista Imperio.
“Esas fotos causaron un gran impacto en mi ciudad, donde me seguían conociendo como sacerdote”, relata.
Su familia apoya su nueva vida y la relación que tiene con el productor Luis Iarocci, pero la comunidad religiosa de Mendoza lo ha criticado con severidad.
“Sentí bastante fuerte la discriminación de parte de la Iglesia porque muchos no entendían lo que me estaba pasando y muchos se alejaron en vez de ayudarme”, afirma, “y empezaron a señalarme que estaba haciendo algo que era totalmente malo.
“Pero gracias a dios el tiempo fue transcurriendo, fui abriendo mi cabeza y fui abriendo mi corazón también, a darme cuenta que lo que estaba haciendo no era odiado por dios ni era desagradable, sino era algo bueno”.
Mensajes a Francisco
La historia de Andrés Gioeni ha emocionado a medios de países como Argentina, España y Francia, pero también han causado revuelo las dos cartas que envió al Papa Francisco para exhortarlo a construir una Iglesia más tolerante con los homosexuales.
Con las cartas como punto de partida, el exsacerdote escribió el libro “Tanto amor desperdiciado: ¿cómo ser cristiano y no morir en el intento?”, en el que comparte su historia para inspirar tolerancia y aceptación de la comunidad homosexual.
“Que la Iglesia abra su cabeza y que entienda que todo homosexual tiene derecho a tener una religión”, manifiesta, “y que la Iglesia Católica no quién para alejarlos de esa fe que quieren tener.
“Y también al revés, si alguien que es creyente y que es religioso se da cuenta de que es homosexual, pues no tiene nada que ocultar, no tiene nada que esconder ni nada de qué avergonzarse, simplemente dios lo ha hecho así y así tiene que vivirlo”.