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Presume ser líder mundial de la democracia, pero algunos creen que Estados Unidos (EU) tiene características de una monarquía u oligarquía.
Desde 1989, la Casa Blanca se ha alternado entre las familias Clinton y Bush, con la excepción de la administración de Barack Obama, del 2009 al 2017.
Esto podría repetirse en la elección presidencial del 2016, si los candidatos son la demócrata Hillary Clinton, esposa del expresidente Bill, y el republicano Jeb Bush, hijo del exmandatario George H. W. y hermano del ex jefe de Estado George W.
Hillary, quien lanzó su campaña oficial en abril, tiene la preferencia del 59 por ciento de los electores de su partido, indica el sitio Real Clear Politics con base en el promedio de las últimas cuatro encuestas oficiales de distintos medios.
En contraste, Jeb cuenta con el 11 por ciento del apoyo de su partido, pero anunciaría apenas esta semana su candidatura oficial.
Aunque un sector del electorado está cansado de estas dinastías políticas, el analista político Hernán Molina explica en entrevista con Reporte Indigo por qué podrían regresar los Clinton o los Bush a la Casa Blanca en el 2017.
El poder del dinero
Molina, comentarista basado en Los Ángeles y director del sitio Claves Políticas, expone que uno de los principales factores que impulsan a las dinastías políticas es el poder del apellido y la capacidad para recaudar fondos.
“Una vez que un candidato llega a ganar la Presidencia, el apellido obviamente pasa a ser muy reconocido”, indica, “y eso ayuda a los sucesores a que se les haga más fácil presentarse a las elecciones, porque obviamente más gente los conoce.
“Y aparte porque, generalmente en la política, para llegar a ganar una elección no sólo se necesitan muchísimos contactos, sino también se necesita mucho dinero”.
El especialista señala que los donantes suelen ser fieles a las familias políticas, por lo que los expresidentes juegan un papel clave a la hora de hacer campaña.
“Pueden trabajar para conseguir ese dinero y que se presenten a las elecciones, porque realmente el dinero siempre es necesario porque para montar una campaña presidencial estamos hablando de mil millones de dólares”.
Casi inevitable
Pese a que aún falta tiempo para que se realicen las elecciones primarias, Molina cree que es “muy probable” que los candidatos sean la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el exgobernador de Florida Jeb Bush.
“En el partido demócrata, Clinton es la favorita, lo fue en las elecciones del 2008, y si bien ella no ganó las primarias, las perdió por muy poco, ella sigue siendo la favorita”, asegura.
“En el partido republicano, Jeb Bush tiene la misma posibilidad de que el padre de él y el hermano recauden dinero y cuando uno lo compara con los otros que están ‘precandidateados’ es una persona más moderada”.
Ayuda y estorbo
El comentarista advierte que es más benéfico para Hillary ser esposa de Bill Clinton que el hecho que Jeb sea hermano del expresidente George W. Bush.
La última encuesta de CNN reveló que 52 por ciento de los estadounidenses tienen una opinión favorable del expresidente George W. Bush, mientras que el nivel de popularidad de Bill Clinton es de casi 65 por ciento.
“Hillary tiene a Bill Clinton, un expresidente muy popular y que es extremadamente querido en el partido demócrata, una persona que, como expresidente tiene una gran popularidad y que puede recaudar cientos de millones de dólares”, dice Molina.
En el caso de Jeb, apunta el analista, pesa mucho la impopular guerra de Iraq que lideró George W. Bush.
“Jeb Bush no puede realmente usar a su hermano como un apoyo, es más, ha tratado de distanciarse”, subraya.
“A diferencia de Bill Clinton, (George W. Bush) se fue con unos negativos muy altos. La gente estaba muy infeliz”.
El poder latino
Molina destaca que los votantes hispanos serán de gran importancia en la próxima elección, pues Hillary tiene vínculos con la comunidad latina y Jeb usará a su favor que sabe hablar español y que su esposa Columba nació en México.
Pero el experto cree que los latinos apoyarán a Clinton porque ella está a favor de dar ciudadanía a los indocumentados.
“Van a apoyar significativamente a Hillary Clinton, no sólo por su posición con respecto a la inmigración, sino porque el partido demócrata ha tenido una posición mucho más clave, contundente, con respecto a la reforma migratoria”, precisa.
“No sólo para aliviar al inmigrante que está acá indocumentado, sino para eventualmente, una vez que tengan ese alivio, darles la oportunidad de llegar a tener la posibilidad de aplicar por la ciudadanía”.