El new kid on the block de la reelección en EU
Los números y los hechos no mienten: el voto latino ayudó a definir la pasada elección estadounidense. El sufragio hispano se inclinó en un 70 por ciento por Barack Obama.
Pero el poder electoral de la población latina no solo se sintió en la carrera presidencial, sino en todo Washington DC, ya que éste tiene más sangre hispana que nunca: “Con 31 miembros fuertes en el congreso va a ser imposible que puedan negar una voz a la comunidad hispana”, explica Estakio Beltran, en entrevista para Reporte Indigo.
Ricardo ContrerasLos números y los hechos no mienten: el voto latino ayudó a definir la pasada elección estadounidense. El sufragio hispano se inclinó en un 70 por ciento por Barack Obama.
Pero el poder electoral de la población latina no solo se sintió en la carrera presidencial, sino en todo Washington DC, ya que éste tiene más sangre hispana que nunca: “Con 31 miembros fuertes en el congreso va a ser imposible que puedan negar una voz a la comunidad hispana”, explica Estakio Beltran, en entrevista para Reporte Indigo.
Con 27 años de edad, Beltran ha vivido el cambio en la representación latina en D. C. como asesor político senior y ha trabajado con congresistas como Dennis Cardoza y Maria Cantwell.
Licenciado en psicología organizacional, él dice que la participación de la comunidad latina en la pasada elección ascendió a 10 millones de votos, el 10 por ciento del total, pero hay 23 millones de votantes latinos.
Los hispanos tienen la tasa de crecimiento más grande entre las minorías, por lo que sus preferencias son un importante capital político para la escena de EU.
“Hay un mandato para los candidatos de buscar el voto hispano para que se refleje nuestra voz”, asegura Beltran, quien estudia la maestría en administración en la Columbia University.
De ilegales a residentes
Estakio creció como foster child en hogares temporales en Seattle, por lo que siente un gran compromiso con la juventud y las minorías.
Un caso que siguió de cerca fue el de los dreamers, jóvenes inmigrantes ilegales que a través de la educación podían aspirar a convertirse en residentes de EU.
“Esto tiene un impacto inmediato en la comunidad, porque son nuestros jóvenes”, comenta.
El caso de los dreamers también ayudó a Beltran a ver otra tendencia muy importante en la organización política en Estados Unidos: las tecnologías de información aplicadas a la política.
Debido a las deportaciones en la juventud latina, se presentaron marchas en todo Estados Unidos y para lograrlo se organizaron a través de mensaje de texto por teléfonos celulares.
“La tecnología, cuando se dirige a una comunidad que está en necesidad de ser representada y ser oída, puede ser de muy buen uso”, argumenta.
Facebook y jóvenes
Estakio Beltran también participó en la campaña de reelección del mandatario y vivió en carne propia la manera en la que el uso de redes sociales y análisis de datos se perfeccionó. A través de estos canales, Barack Obama pudo mandar mensajes personalizados a sus simpatizantes.
Los que estuvieron “conectados” a la campaña del demócrata, la vivieron de manera muy distinta de quienes la siguieron a través de los medios masivos tradicionales.
“Por ejemplo, dividió a los voluntarios en grupos y podía mandarte un mensaje por Facebook si uno de tus amigos todavía no se había registrado para votar.
“Ese tipo de comunicación en la que sientes que el candidato te está hablando a ti directamente.
“Eso ha sido la gran marca del presidente Obama”, narra el joven.
Mientras el Partido Republicano seguía invirtiendo dinero en encuestas telefónicas, el equipo del presidente gastó recursos en tecnología y en los jóvenes.
“La mayoría de los trabajadores que empleó en la campaña eran menores de 30 años e invirtió millones de dólares en tecnología y eso marcó la diferencia”.
El uso de las nuevas tecnologías y la creciente influencia hispana esta cambiando el panorama de Washington DC.
La nueva sangre en la política de Washington está compuesta por Estakio Beltrán y por jóvenes como él.
Su perfil es el de alguien orgulloso de pertenecer a una minoría, de ser estadounidense y poder trabajar para el gobierno.
Estos jóvenes dan voz a una comunidad que no entra en la agenda de muchos gobiernos latinos pero que tampoco tiene las mismas prioridades que la mayoría de los norteamericanos.
“El futuro de la comunidad hispana es el futuro de los Estados Unidos, a mí me encantaría seguir trabajando en el Congreso y apoyando a la agenda de grupos y minorías en este país”, afirma Beltran con total convicción.