La Unión Europea (UE) aprobó una medida que obliga a sus 28 Estados miembros a no etiquetar como israelíes los productos importados desde los territorios palestinos ocupados por esta nación.
La medida responde al hecho de que la ocupación en Cisjordania es considerada ilegal según las leyes internacionales.
El gobierno encabezado por Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, respondió a la decisión cancelando las pláticas bilaterales con la UE y deteniendo indefinidamente el proceso de paz en la franja de Gaza.
No obstante, diplomáticos israelís aseguran que una vez se haya “reajustado” el problema se decidirá el momento oportuno para la reanudación el diálogo.
Derechos sin obligaciones
Esta no es la primera ocasión que Netanyahu asume la postura de víctima por alguna decisión que se toma fuera de las fronteras de su país.
Hace unos meses Barack Obama, presidente de Estados Unidos presentó ante su congreso una plan que pretende impedir que Irán desarrolle armas nucleares.
El premier israelí no aprueba en lo absoluto el llamado Pacto con Irán y considera que vulnera la seguridad de su país y de sus conciudadanos.
Netanyahu incluso viajó a Washington para pedir a los legisladores estadounidenses, que desecharan la propuesta de Obama y se pusieran del lado de Israel.
Esto, a pesar de que Estados Unidos ha demostrado ser el aliado más generoso del pueblo israelí desde la segunda guerra mundial.
El protector de IsraelLas potencias occidentales del mundo le han dado prioridad a Israel sobre sus vecinos árabes desde hace más de medio siglo.
Países como Francia y Reino Unido en Europa saben que la posición geográfica de este país es vital para proteger sus intereses comerciales y políticos en Medio Oriente.
Pero nadie ha brindado su apoyo a Israel como Estados Unidos.
La mayor potencia militar del mundo no solo ha armado y ayudado constantemente a Israel, sino que además ha pasado por alto violaciones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno de Netanyahu.
Israel recibe más de la mitad del total de los fondos que EU destina a la ayuda externa (alrededor de 121 mil millones de dólares).
La ayuda es absorbida casi en su totalidad por el ejército de Israel y EU la justifica diciendo que con esto se garantiza la seguridad de ese país, se evita el desarrollo nuclear de Irán y, eventualmente, ayudará a ponerle fin al conflicto con Palestina.
Ese mismo ejército ha sido acusado de crímenes de guerra por la ONU y etiquetado como “rápido para disparar” por Amnistía Internacional.
Además de todo lo anterior y a pesar de haberlo negado en repetidas ocasiones, Netanyahu finalmente acepto que su ejército hace incursiones en Siria “de vez en cuando”.
Esto no representa una sorpresa, dados los argumentos expresados por el premier israelí sobre el peligro que representa el islam para Israel.
Después de todo, la hipocresía no parece venir de la restricción impuesta por la Unión Europea, sino de las decisiones tomadas por un primer ministro que asemeja a los más totalitarios enemigos de Estados Unidos.
La única diferencia es que Netanyahu es su único amigo en la región.