El viernes pasado tuvo lugar en el país vecino del norte lo que se conoce como el Viernes Negro, una fiesta del consumo que sigue al Día de Acción de Gracias y que inaugura la temporada de compras navideñas con importantes rebajas.
Sin embargo, para la corporación Wal-Mart Stores (WMT), el mayor grupo de ventas minoristas del mundo, fue un Black Friday diferente.
Según informó Aljazeera, por primera vez en los 50 años de historia de la corporación, los trabajadores de Walmart se pusieron en huelga y decidieron hacerlo en un día importante para la cadena de supermercados, ya que el Viernes Negro es el día de más compras del año en EU.
En total, se convocaron más de mil protestas y acciones de desobediencia civil pacífica en todo el país.
Según reportó Telesur, los trabajadores, que se organizaron en una plataforma a la que denominaron “Making Change at Walmart” (Haciendo cambios en Walmart), algunas de las ciudades en las que se programaron movilizaciones fueron Chicago, Dallas, Miami, Oklahoma, Louisiana, Milwaukee, Los Angeles, Minnesota, y Washington, D.C.
Los trabajadores de la corporación demandaron mejores condiciones, salarios dignos, la posibilidad de trabajar a tiempo completo, el fin de las represalias para aquellos trabajadores que denuncian condiciones que consideran indignas o injustas, la amplitud de la cobertura de salud, el aumento de la seguridad laboral, reducción de carga laboral y el derecho de sindicalización.
Además de las protestas, llamaron a los consumidores a boicotear a la multinacional no comprando en sus tiendas el pasado viernes 23.
Y son precisamente las abusivas prácticas empresariales las que contribuyen a arrojar unos resultados de ganancias concentradas en el heredero de Walmart, Robson Walton, y en su familia, lo que aumenta aún más la indignación. Según Aljazeera, el patrimonio neto de Walton asciende a los 26 mil millones de dólares y la riqueza de su familia supera a la suma del capital del 42 por ciento de las familias estadounidenses del sustrato más bajo.
Frente a esto, el empleado promedio gana 8.81 dólares por hora, unos 15 mil 500 dólares al año. Mientras tanto, el jefe ejecutivo Michael Duke, ganó 35 millones de dólares en 2010, lo que se traduce en que en una hora ganó más de lo que un empleado a tiempo completo percibió en un año.
Para la periodista Rosa Aguilar, “estas huelgas son contra las reglas de un sistema capitalista que explota a los trabajadores mientras las multinacionales baten récord de beneficios y sus directivos hacen millones”.