La fuerza de ultraderecha
El fantasma de la ultraderecha ronda España. Vox es un partido que representa el espectro ideológico más conservador de la política española en la actualidad y este nuevo frente conservador se quiere posicionar en las próximas elecciones del Parlamento Europeo. Vox es el primer partido de ultraderecha desde el fin de la dictadura de Francisco […]
Mariana RecamierEl fantasma de la ultraderecha ronda España. Vox es un partido que representa el espectro ideológico más conservador de la política española en la actualidad y este nuevo frente conservador se quiere posicionar en las próximas elecciones del Parlamento Europeo.
Vox es el primer partido de ultraderecha desde el fin de la dictadura de Francisco Franco en 1975. Se trata de un grupo político que se opone a los derechos humanos de distintos sectores. Quiere derogar la ley de violencia machista, sacar el aborto de la sanidad pública y fomentar lo que considera es la familia natural.
El partido ya tiene un triunfo en sus espaldas. En las elecciones regionales celebradas en diciembre pasado en Andalucía, donde se ubica Almería, Vox obtuvo un 11 por ciento de los votos. En El Ejido, una municipalidad de unas noventa mil personas, obtuvo el primer lugar con casi el 30 por ciento.
En el entorno político más amplio en España, el partido conservador aún es un participante menor, sin embargo, ya es capaz de participar en las elecciones parlamentarias de la Unión Europea el próximo mayo, cuando los partidos tradicionales competirán con los nuevos frentes políticos nacionalistas y progresistas.
Vox fue creado por Santiago Abascal, un político que fundó el partido después de separarse del Partido Popular en 2013, quien además se enorgullece de portar un revólver con licencia.
El grupo también retoma muchos elementos nacionalistas. Quiere dotar de la máxima protección jurídica a los símbolos de la nación, especialmente la Bandera, el Himno y la Corona. Y aumentar las penas por las ofensas y ultrajes a España y sus símbolos o emblemas.
El partido considera que el español es el mayor elemento identitario del país ibérico. Quiere promulgar leyes para que ninguna administración ni particular puede menospreciar el idioma que considera es la lengua común de todos, el español. Mucho menos discriminarla. También quiere suprimir el requisito del conocimiento de la lengua cooficial en el acceso a la función pública de forma que se evite cualquier tipo de discriminación.
“Los españoles tienen que ser conscientes de que el patriotismo crítico, ambicioso y sereno representa su mejor arma para encontrar de nuevo la senda del crecimiento material y de la fortaleza moral”, cita el sitio de Vox.
El partido también predica valores conservadores arraigados en la monarquía española y el catolicismo, entre ellos la eliminación del derecho a abortar. De acuerdo con el manifiesto que se titula 100 medidas para la España viva, el partido quiere suprimir de la sanidad pública “las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud” como las cirugías de cambio de género o la interrupción voluntaria del embarazo.
También pide supresión de “organismos feministas radicales” subvencionados, persecución efectiva de denuncias falsas y protección del menor en los procesos de divorcio.
Defiende la tauromaquia y otras tradiciones españolas, además hacen un llamado a favor de que España recupere el control de Gibraltar, un territorio en el extremo sur del país que ha sido parte del Reino Unido desde 1713.
El partido también quiere levantar muros alrededor de Ceuta y Melilla, dos enclaves españoles en el norte de África, para frenar a los migrantes ilegales que escalan las bardas fronterizas.
El documento añade que uno de los objetivos del partido es que cualquier inmigrante que haya entrado ilegalmente en España estará incapacitado, de por vida, a legalizar su situación y por lo tanto a recibir cualquier tipo de ayuda de la administración, es decir, pretende terminar con el efecto llamada.
Influencia del exterior
Vox es solo una gota de la ola creciente de nacionalismo en Europa. Esta ideología está presente en desde Suecia, Francia y Hungría hasta Austria y Alemania, donde el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) entró al parlamento en 2017.
El partido español bebe de las ultraderechas de otros países. A principios de 2017, el presidente de Vox asistió a un congreso de partidos europeos de extrema derecha en Alemania. Algunos meses después, se unió a Marine Le Pen, la lideresa del partido francés de extrema derecha, en el periodo de campaña antes de la elección presidencial de Francia. En diciembre, Le Pen fue una de los primeros políticos que felicitaron a Vox por su éxito en Andalucía.
El año pasado, después de enviar a un funcionario a Washington para reunirse con Bannon, Vox emitió un comunicado en el que el estratega argumentaba que “es muy importante que en España exista un partido basado en la soberanía y la identidad del pueblo español, y dispuesto a defender sus fronteras”.
Primer desencuentro con México
Vox ya tuvo un primer encuentro desafortunado con el gobierno mexicano. Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador exigió disculpas al gobierno de España y al Papa Francisco por las violaciones a los derechos humanos de los pueblos originarios durante la Conquista, VOX se pronunció de forma negativa al respecto.
Por medio de su cuenta oficial de Twitter, el partido de ultraderecha señaló que al contrario de las disculpas que exige el mandatario, México y América deberían agradecer a los españoles por iniciar un proceso de civilización.
La publicación fue compartida por Abascal y acompañada de un artículo en el que se exhibía que existieron miles de sacrificios para alimentar a los dioses en Tenochtitlan, durante la época precolonial.
Vox es una de las fuerzas que pretende representar las ideas conservadoras en las próximas elecciones de la Unión Europea. El incremento de las ideas en contra de los derechos de algunos sectores depende de los resultados de las elecciones parlamentarias.