Una pregunta define el futuro de la política de Estados Unidos (EU): ¿será Hillary Clinton la candidata de los demócratas a la presidencia?
Aunque algunos especialistas consideran inevitable que sea la elegida de su partido, la exsecretaria de Estado aún no anuncia de forma oficial sus aspiraciones políticas, lo que ha provocado incertidumbre en el partido demócrata.
Analistas pronostican que si Clinton decide no contender, los demócratas perderían la Casa Blanca.
“Estamos aproximándonos rápidamente a un punto de no retorno para ella y para los demócratas. Quiere decir, que si ella decidiera repentinamente no lanzarse en, digamos, dos meses, habría un abrumador sentido de fatalidad dentro del partido”, publicó ayer The Washington Post.
“Simplemente, si Clinton no contiende y si aguarda hasta el verano para hacer pública su decisión, sería absolutamente desastroso para las oportunidades que tiene su partido de mantenerse en la Casa Blanca en el 2016”.
Las encuestas muestran que la ex primera dama vencería a los favoritos del partido republicano que aspiran a la presidencia.
El más reciente sondeo de ABC/Washington Post exhibe que Clinton obtendría 54 por ciento de los votos si contiende contra el exgobernador de Florida, el republicano Jeb Bush, quien obtendría el 41 por ciento de los sufragios.
Las mismas estadísticas se presentan si el candidato de los republicanos es el senador de Kentucky Rand Paul, uno de los preferidos.
Clinton también tiene una ventaja de 13 puntos porcentuales si el rival es el gobernador de Nueva Jersey, Chris Cristie.
De hecho, expertos coinciden en que ella se beneficia de la lucha interna al interior del partido republicano, donde hay más de una docena de políticos interesados en competir por la presidencia.
“Clinton se beneficiará de las irreversibles tendencias demográficas que ascendentemente favorecen a su partido en elecciones presidenciales: menos votantes blancos y viejos y más jóvenes y latinos”, reportó el medio Politico.
Bajo fuego amigo
Pero no todos los demócratas quieren que la exprimera dama se convierta en la nueva jefa de Estado de EU.
Hay un creciente movimiento que pide que la senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, sea la candidata de los demócratas a la presidencia.
Para los más izquierdistas, Warren representa una visión progresista, fiel a la clase trabajadora y contraria a los intereses empresariales y de Wall Street.
Mientras tanto, ven a Clinton demasiado al centro y con una visión intervencionista en temas de política exterior, como Siria e Iraq.
Una encuesta de Bloomberg al interior del partido reveló que Warren tiene el apoyo de 16 por ciento de los demócratas, aunque Clinton se mantiene a la cabeza con 56 por ciento de las preferencias.
Algunos liberales creen es necesario que la senadora rete a la exsecretaria de Estado para que las propuestas se fortalezcan.
“Quieren hacer de esto una carrera de dos personas y quieren que haya alternativas. Hay una probabilidad de que eso suceda y, si pasa, ahí es cuando las cosas se pondrán más interesantes”, dijo a USA Today Jeff Link, estratega electoral.
Pero también hay republicanos que quieren que Warren contienda para debilitar la fuerza de Clinton.
“(Hay) conservadores ansiosos de ver una combativa elección primaria entre los demócratas y ven a Warren como la mejor posicionada para debilitar y potencialmente vencer a Clinton”, informó The New York Times.
Porque es mujer
Alrededor de un cuarto de la población de EU quiere a una “señora presidenta”.
El más reciente sondeo de The Washington Post y ABC revela que 24 por ciento de los electores considera que el hecho que sea mujer los motiva a apoyar a Hillary Clinton.
En contraste, 10 por ciento dice que ese factor los desincentiva a votar por ella y 65 por ciento asegura que no hace alguna diferencia.
Los analistas también ven eso como una ventaja para los demócratas, donde dos mujeres son las presidenciables más populares, mientras que los aspirantes republicanos son en su mayoría hombres blancos.
La encuesta también descubre que a 23 por ciento de los votantes les parece una ventaja que el esposo de Hillary, Bill Clinton, haya sido presidente.