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Los espías no tienen amigos

Una vez más, documentos muestran que el Gobierno de Estados Unidos (EU) espió a presidentes de países aliados. 

Wikileaks reveló ayer que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense espió a los tres últimos presidentes de Francia: Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y Francois Hollande, actual mandatario. 

El Gobierno galo reaccionó con molestia al convocar a la embajadora de EU en Francia y emitir un comunicado en el que tacha de “inaceptable” la vigilancia estadounidense, sobre todo porque es un tema que ya habían discutido. 

"La regla en el espionaje, aun entre aliados, es que todo está permitido mientras no se descubra. A los estadounidenses los han atrapado con las manos en la masa demasiado seguido"
Arnaud DanjeanAgencia de espionaje francés
"En materia de espionaje, la única regla es que no te atrapen. Pero eso no quiere decir que, por lo tanto, se trate de una conducta aceptable"
Francois HeisbourgPresidente del IISS
"El pueblo francés tiene derecho a saber que su gobierno es objeto de una vigilancia hostil de un supuesto aliado”
Julian AssangeFundador de Wikileaks
https://www.youtube.com/watch?v=r2tLMIauHnE

Una vez más, documentos muestran que el Gobierno de Estados Unidos (EU) espió a presidentes de países aliados. 

Wikileaks reveló ayer que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense espió a los tres últimos presidentes de Francia: Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y Francois Hollande, actual mandatario. 

El Gobierno galo reaccionó con molestia al convocar a la embajadora de EU en Francia y emitir un comunicado en el que tacha de “inaceptable” la vigilancia estadounidense, sobre todo porque es un tema que ya habían discutido. 

“Se trata de hechos inaceptables que ya abordaron EU y Francia, principalmente a finales de 2013, en el momento de las primeras revelaciones (hechas por el excontratista de la NSA Edward Snowden)”, reza el boletín francés. 

En la nota que difundió, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, cuestionó la “alianza” entre Washington y París. 

“El pueblo francés tiene derecho a saber que su gobierno es objeto de una vigilancia hostil por parte de un supuesto aliado”, escribió Assange.

En conservación telefónica con Hollande, el presidente de EU Barack Obama prometió que terminaría con el espionaje entre aliados, informó el Gobierno de Francia en un mensaje. 

Aun así, funcionarios estadounidenses desestimaron las acusaciones.  

“No estamos interviniendo ni vamos a intervenir las comunicaciones del presidente Hollande”, aseguró Edward Price, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, según El Mundo. 

“De hecho, como hemos dicho anteriormente, no llevamos a cabo ninguna actividad de vigilancia en el extranjero salvo que haya una razón específica y comprobada de seguridad nacional”.

Es la costumbre

El diario Le Monde, uno de los más influyentes de Francia, publicó una nota en la que señala que la prensa estadounidense reaccionó con mucha mesura.

“Las revelaciones desataron ira entre políticos franceses, pero no muestran ninguna gran sorpresa o secreto. Francia está dentro de varios aliados de EU que se apoyan de los poderes de espionaje estadounidense cuando quieren prevenir el terrorismo”, reportó la Associated Press (AP).

The New York Times tituló la noticia como “Enojo, no sorpresa, el que acusen a EU nuevamente de espiar a Francia”.

The Wall Street Journal se enfocó en que “la última filtración que detalla el presunto espionaje de EU hacia sus aliados europeos probablemente empeorará las crecientes tensiones transatlánticas sobre el espionaje”. 

Especialistas en inteligencia coincidieron en que no sorprende que EU espíe a Francia, pero el problema es que los descubrieron. 

“La regla en el espionaje, incluso entre aliados, es que todo está permitido mientras no se descubra”, dijo a la radio France-Info Arnaud Danjean, exanalista de la agencia de espionaje francés.

“A los estadounidenses los han atrapado con las manos en la masa demasiado seguido y eso los desacredita”. 

Francois Heisbourg, presidente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) indicó al diario Libération que el espionaje es común.

“Pero eso no quiere decir que, por lo tanto, se trate de una conducta aceptable. En principio, no se permite espiar entre países amigos y, sobre todo, a un nivel de jefes de Estado o gobierno”, declaró el especialista.

Pero críticos contra el ‘enemigo’

Aunque ahora muestran prudencia, los estadounidenses exhibieron enojo a principios de junio, cuando se reveló que hackers presuntamente patrocinados por China robaron los datos de hasta 18 millones de empleados del Gobierno federal.

“Esta es una de la información más sensible, no clasificada, a la que los chinos han tenido acceso”, acusó a The Washington Post Stewart Baker, exanalista de la NSA. 

Incluso, el presidenciable republicano Jeb Bush se subió a las críticas.

“Aparentemente los chinos han tenido acceso a esta información por más de un año y eso es una peligrosa amenaza para nuestra seguridad nacional”, declaró a medios.

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