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Desde su creación, el Servicio Secreto de Estados Unidos se ha ido adaptando a las necesidades del “dinero y el presidente”, ambos motivos principales de su labor de protección.
Y aunque ha intentado imponer una figura inquebrantable, en los últimos días se han aireado los “trapos sucios” del pasado debido a los errores cometidos en el presente.
“Muchos estadounidenses son ajenos al hecho de que el Servicio Secreto tiene otra careta diferente a la que utiliza en público: la sombría con lentes de hombres y mujeres que rodean al presidente”, apuntó The Washington Post el pasado 2 de octubre.
Las responsabilidades de esta entidad sólo han crecido con el pasar de los años. Después del asesinato del candidato demócrata Robert F. Kennedy, el Servicio da protección, según el medio, a candidatos presidenciales, vicepresidentes, líderes extranjeros que estén de visita e incluso blindaje de por vida a expresidentes.
Pero su trabajo parece haberse acumulado tanto que han descuidado pequeños detalles que se han tornado en grandes equivocaciones, unas que incluso podrían haberle costado la vida al presidente Barack Obama.
El primer escándalo de este año fue el de Omar González, quien se las arregló para escalar una cerca sin ser detectado, correr por el extenso jardín frente a la Casa Blanca sin que nadie se le opusiera y además darse el lujo de recorrer las instalaciones hasta llegar a las habitaciones privadas de la familia Obama, con un arma en su poder.
“En total, cinco capas de seguridad de la Casa Blanca fallaron majestuosamente durante la infracción de González. Francotiradores en el techo nunca lo vieron escalar la valla o correr por el césped. Agentes armados dentro y fuera de la cerca no lograron detenerlo o ni siquiera lo notaron. Los perros guardianes entrenados no fueron soltados para interceptar al intruso. Las puertas de la Casa Blanca estaban abiertas. Y la agente dentro de la casa estaba tan sorprendida al verlo que este simplemente la empujó y siguió corriendo. ¿En en serio?”, apuntó Al Jazeera el pasado 4 de octubre.
Y aunque en ese momento el presidente y su familia no estaban en las instalaciones, no se corrió con la misma suerte días después.
El 16 de septiembre, se reveló que en la visita del mandatario a las instalaciones del Centro para el Control de Enfermedades en Atlanta, un hombre con una pistola y un récord criminal ingresó al elevador al mismo tiempo del presidente.
A pesar de que la situación no resultó en desgracia, las exposiciones de estos errores cometidos por los agentes, que suponían cuidar a Obama, han revivido resbalones del pasado.
“Ciertamente, los errores ocurren. Pero el incidente de González viene de la mano de numerosos fallos de seguridad que plantean serias dudas sobre la competencia del Servicio Secreto”, afirmó en su editorial Pensacola News Journal, el martes pasado.
Entre los peores deslices está el del 2011, cuando un tirador paró su Honda negro frente a la Casa Blanca y disparó al menos siete veces hacia las habitaciones privadas de la familia Obama.
Y en el marco del despertar de este caso, Julia Pierson, la primera directora del Servicio Secreto renunció a su cargo después de ser llamada a declarar frente al Congreso. Cuando lo hizo, en vez de defender a sus agentes afirmó que había muchos errores en el Servicio.
Según Político, el problema es que “la cabeza del Servicio Secreto necesita ser un pitbull, no un tecnócrata” y Pierson fue elegida “en un mal momento, por razones incorrectas para un trabajo inapropiado”.
Welcome to colombia
Los problemas no sólo suceden en casa. El pasado 8 de octubre, The Washington Post reveló que en un caso que involucraba prostitutas en un viaje a Colombia que hizo Barack Obama en 2012, incluso la Casa Blanca estuvo involucrada.
En el momento del escándalo, casi dos docenas de agentes y miembros del Servicio sufrieron sanciones o despidos. Ahora, nuevos detalles muestran que asesores de la Casa Blanca estaban al tanto de que una prostituta permanecería la noche en unas de las habitaciones de hotel destinada al equipo del presidente.
Además, “el investigador principal dijo luego a miembros del Senado que sintió la presión de sus superiores para retener las pruebas, y que en pleno alboroto del año electoral se estaban tomando decisiones con consideraciones políticas en mente”, indicó el Post.
De ser cierto, el problema correría en los hombros de todo Washington. Pues no solo el Servicio Secreto está involucrado, ya que incluso se asegura que alguno de los problemas que han tenido se debe a la falta de presupuesto que tienen.
El efecto dominó parece haber iniciado en la Casa Blanca.
En servicio a la burla