MIAMI (AP) — El narcotraficante colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela, quien fuera líder del poderoso Cártel de Cali, falleció en una cárcel de Estados Unidos, confirmó el miércoles su abogado defensor. Tenía 83 años.
“Nos entristeció mucho enterarnos de su fallecimiento anoche. Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia en este momento”, dijo a a The Associated Press el abogado David Markus, sin especificar la causa de la muerte.
El capo había sobrevivido a un cáncer de próstata y colon, sin embargo, durante la pandemia alegó tener una salud cada vez más frágil y pidió una excarcelación anticipada por razones humanitarias, que le fue negada en 2020 por un juez federal. Capturado en Colombia en 1995 y extraditado en 2004 a Estados Unidos, cumplía una sentencia a 30 años en la prisión de Butnert, en Carolina del Norte.
“Dios tiene alguien nuevo con quien jugar ajedrez”, dijo Markus sobre Rodríguez, conocido como “El Ajedrecista” por su inteligencia, la letalidad de sus movimientos en el mundo del narco y las ingeniosas estrategias que montaba en la realización de sus negocios, en los que no descuidaba detalle.
De mensajero en una farmacia, Rodríguez Orejuela pasó a ser uno de los principales barones de la droga en Colombia, llegando a controlar el 80% de los narcóticos que se exportaron a los Estados Unidos y Europa en la década de 1980 y parte de la de 1990.
Este 1 de junio se conoció el fallecimiento del capo del ‘Cartel de Cali’: Gilberto Rodríguez Orejuela. El narcotraficante se encontraba pagando una condena de 30 años en una prisión Federal en Carolina del Norte, EE.UU. https://t.co/VNLVZ82X55 pic.twitter.com/yFjihJcDLR
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Rodríguez Orejuela nació en Mariquita, 175 kilómetros al noroeste de Bogotá, el 31 de enero de 1939. Fue el segundo de ocho hermanos y cuando era muy pequeño sus padres Carlos Rodríguez Prieto y Ana Rita Orejuela trasladaron a toda la familia hasta Cali, donde nacieron el resto de los hijos.
Tomó las riendas de la familia desde muy temprana edad, obligado por la irresponsabilidad y agresividad de su padre a quien jamás le volvió a dirigir la palabra desde que tenía unos 12 años, según dijo su hijo Fernando Rodríguez Mondragón, en una autobiografía publicada en septiembre de 2007.
De su matrimonio con Mariela Mondragón, nacieron Fernando, Jaime, Humberto y Alexandra. De una relación extramatrimonial con Nelly Herrera, vino Jorge Alberto. Sostuvo otra relación con Miriam Ramírez Librero, quien tenía una hija llamada Claudia Pilar a quien luego adoptó. De esta unión surgió André Gilberto y José Alejandro.
Unos días antes de ser extraditado de Colombia a Estados Unidos, en diciembre de 2004, Rodríguez Orejuela se casó con Miriam a fin de que las autoridades estadounidenses le otorgarán una visa para poder visitarlo.
Rodríguez Orejuela y su hermano Miguel dominaron todo el mercado de la cocaína en Nueva York y Europa y en Colombia tenían una fortaleza económica incomparable que les permitía filtrarse en los altos niveles de la vida política.
En 1970 Rodríguez Orejuela montó su primera botica de la que años después se formaría una amplia cadena de farmacias conocida como Drogas La Rebaja.
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Esto ocurrió luego de incursionar en el mundo delincuencial liderando una banda conocida como “Los Chemas” a la que se atribuyó el secuestro de los extranjeros Hermann Buff, secretario de la embajada Suiza, y José Stresale, hijo del cónsul de Suiza en Cali.
Fue dueño de Laboratorios Kressford -una empresa farmacéutica-, de la cadena de farmacias Drogas La Rebaja, integrante de las juntas directivas del Banco de los Trabajadores, la Corporación Financiera de Boyacá, socio mayoritario del Grupo Radial Colombiano y del equipo de fútbol América de Cali, entre otras empresas.
Se murió Gilberto Rodriguez Orejuela pero quedaron los sicarios del cartel de Cali y Medellín. #PetroElPatronDelMal pic.twitter.com/Jkw8xaIR7g
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Ese poder económico le abrió puertas en la vida social, política y deportiva del país. Con su enorme poder económico se enfrascó en una guerra contra el jefe del Cártel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, quien fue abatido por la policía en diciembre de 1993 con la colaboración del Cártel de Cali y de grupos paramilitares, precisó Fernando Rodríguez Mondragón en su libro.
Rodríguez Orejuela, sin embargo, cuidó de la viuda de Escobar durante un tiempo pues estaba amenazada de muerte por los paramilitares y testaferros de su exesposo.
Rodríguez Orejuela le ganó una pulseada a Estados Unidos, entre 1984 y 1986, cuando el gobierno de Washington lo pidió en extradición a España, adonde fue detenido por lavado de activos. Pero fue entregado a la justicia colombiana que lo procesó por delitos relacionados con el narcotráfico.
Finalmente Estados Unidos logró su principal objetivo, tener en la cárcel al jefes de uno de los mayores cárteles de la droga.