No al monitoreo
Si el propósito inmediato de Edward Snowden al exponer los abusos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EU era provocar una discusión pública acerca del derecho a la privacidad, ya lo logró.
El viernes, Glenn Greenwald, el antiguo periodista de The Guardian que ha publicado los documentos de la NSA se enfrentó en un ríspido debate con el exdirector de dicha agencia y de la CIA, Michael Hayden.
Bernhard BuntruSi el propósito inmediato de Edward Snowden al exponer los abusos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EU era provocar una discusión pública acerca del derecho a la privacidad, ya lo logró.
El viernes, Glenn Greenwald, el antiguo periodista de The Guardian que ha publicado los documentos de la NSA se enfrentó en un ríspido debate con el exdirector de dicha agencia y de la CIA, Michael Hayden.
Greenwald formó equipo con Alex Ohanian, cofundador del popular sitio Reddit y activista en defensa de un Internet libre, para contrarrestar la noción de que el monitoreo gubernamental es una forma legítima para defender las libertades de los estadounidenses.
En el lado opuesto, el reconocido abogado y académico de Harvard Allan Dershowitz se unió a Hayden –quien es considerado por muchos como uno de los arquitectos del “Estado de vigilancia”– para defender los actuales programas de espionaje.
En unos entretenidos 85 minutos, ambos lados tocaron los principales temas sobre la problemática del espionaje y lograron mantener la fluidez de la discusión, algo que no se suele ver en debates sobre temas tan polémicos.
Fuerte enfrentamiento
Aunque el debate comenzó de forma civil, cualquier pretensión de cortesía se disipó justo después de los comentarios iniciales. Los debatientes se interrumpieron mutuamente y repetidamente se acusaron uno al otro de esconder sus puntos de vista más radicales.
A diferencia de Hayden, su compañero de equipo logró conectarle algunos golpes a Greenwald, aunque constantemente sobrepuso sus argumentos con los de sus oponentes. Dershowitz admitió que el Estado de vigilancia es un “desastre no regulado”, pero insistió en la necesidad de su existencia.
Lo que no logró, y Greenwald se lo hizo saber, fue dar un ejemplo de cómo un Estado de vigilancia benigno pudiera existir.
Ohanian se mantuvo al margen y se concentró en algunas de las consecuencias indirectas del espionaje. Repetidamente dijo que este afectaba la seguridad económica de EU.
Dicen no al espionaje
Al finalizar la discusión, los más de dos mil asistentes al evento emitieron su voto. En un inicio, un 46 por ciento se dijo en contra del Estado de vigilancia, un 33 por ciento a favor y un 21 porciento indeciso. Después del debate, 59 por ciento se pronunciaron en contra, mientras que 41 por ciento se dijeron a favor.