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La sociedad estadounidense ya está cansada de las viejas barreras que Washington le ha impuesto a La Habana.
En un acto sin precedentes, un grupo de más de 40 empresarios, militares, analistas y altos exfuncionarios demócratas y republicanos envió ayer una carta al presidente Barack Obama para exigirle que suavice sus políticas hacia Cuba.
Entre las demandas están el incrementar el número de viajes entre ambas naciones, darle más apoyo a la sociedad civil, cooperar en temas de interés mutuo y garantizar a las empresas financieras que pueden hacer transacciones en actividades autorizadas.
Algunos personajes que firmaron el texto trabajaron en pasadas administraciones, como John Negroponte, exdirector de Inteligencia Nacional en la gestión de George W. Bush, y Jeffrey Davidor, secretario de Estado ajunto de Asuntos de Occidente durante el mandato de Bill Clinton.
Las peticiones del escrito coinciden con la información de una reciente encuesta del instituto Atlantic Council, que informa que el 56 por ciento de la población de Estados Unidos (EU) cree que Washington debería terminar el embargo cubano.
Además, 52 por ciento de los estadounidenses piensan que Cuba ya no debería considerarse como una amenaza terrorista y 61 por ciento creen que la Casa Blanca debería enviar una comitiva a La Habana para reconstruir las relaciones.
Atrapados en Guerra Fría
La condena más fuerte es que el embargo, que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde 1960, ha perjudicado más a la sociedad civil cubana que al régimen de Fidel y Raúl Castro.
Incluso, los firmantes creen que Estados Unidos se está aislando a nivel internacional en su política contra Cuba, pues la isla se abre cada vez más al comercio exterior y a las relaciones internacionales, en especial con países como Brasil y México.
“Estados Unidos se está quedando cada vez más solo internacionalmente en su política hacia Cuba”, establece el texto, según el periódico Clarín.
“El Gobierno ‘puede ayudar a los cubanos a determinar su propio futuro construyendo políticas de reforma’ como las que ya habían comenzado”, agregó el diario argentino.
Cuando llegó a la Casa Blanca, Barack Obama promovió políticas más suaves con Cuba, como flexibilizar los viajes hacia la isla y permitir el envío de remesas.
Raúl Castro también ha tenido una política más abierta: permitió la inversión extranjera, los productos importados y dejó que los cubanos viajaran con libertad fuera del país.
“La misiva aplaude el efecto de esas medidas porque han promovido ‘contactos directos’ entre ciudadanos de ambos países y han fortalecido a la sociedad civil cubana; pero considera que el escenario ha seguido evolucionando y ahora son necesarios nuevos pasos por parte de Washington”, publicó ayer El País.
Los obstáculos
El camino no es fácil, pues Estados Unidos mantiene vivas viejas rencillas con Cuba.
A finales del 2009, el régimen de los Castro arrestó por presunto espionaje al contratista estadounidense Alan Gross, a quien condenó a 15 años de prisión por llevar un equipo sofisticado de telecomunicación, algo prohibido en la isla.
También en 2009, Estados Unidos arrestó a tres cubanos por presuntos delitos de espionaje y en 2010 creó un “Twitter cubano” para que los ciudadanos pudieran criticar al régimen.
Hay otros temas sensibles que no se han resuelto, como la prisión de la Bahía de Guantánamo que Obama no ha cerrado, pese a sus promesas.
“Es una vergüenza de la humanidad, allí hay gente que está presa sin proceso, sin causa y sin acusación”, ha declarado al respecto el presidente de Uruguay, José Mujica.
Oportunidad política
Como reflejan las encuestas, la actitud hacia Cuba se han convertido en una oportunidad para los políticos en Florida, donde el 63 por ciento de los ciudadanos quieren mejores vínculos con La Habana.
“He llegado a la conclusión de que necesitamos levantar el embargo. La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente”, expresó Charlie Crist el aspirante demócrata a la gubernatura de Florida.
“Nos damos cuenta no solo de que esta política no sirve, sino que está mal y resulta contraproducente. La política de la pasión está siendo reemplazada por la política de la afección”, externó a la BBC Carlos Saladrigas, un líder social cubano-estadounidense.