América Latina camina hacia la digitalización de los sistemas de salud. La transformación de la atención a los ciudadanos es un reto que enfrenta la región con miras hacia la universalidad de la cobertura de estos servicios.
La emergencia sanitaria por el COVID-19 llevó a algunos gobiernos a utilizar la tecnología como una aliada para detectar a personas enfermas, rastrear contactos y dar seguimiento a su evolución frente a la enfermedad.
Aplicaciones para teléfonos inteligentes para diagnosticar y canalizar con médicos y servicios de salud fueron una constante en la región y funcionaron para evitar un colapso por las aglomeraciones de personas en las clínicas y hospitales.
Un ejemplo es Brasil, cuyo ministerio de salud presentó Coronavirus SUS, aplicación que informa a los usuarios sobre los síntomas de la enfermedad y que orienta a quienes creen estar contagiados y en su caso dirigirlos a la unidad médica a la que deben acudir.
México, Colombia. Argentina, Bolivia y Perú son otros Estados de la región que también echaron mano de los avances tecnológicos y la Inteligencia Artificial para detectar a personas enfermas, además de otorgar información sobre el estado de los contagios a través de plataformas digitales.
El gobierno de Uruguay, el país de la región que logró un mejor control de la pandemia, desarrolló una aplicación que puso a disposición de la ciudadanía, a la que nombró Coronavirus UY. Juan Gil, asesor del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, compartió que la aplicación les permitió identificar los casos y garantizar que los enfermos cumplieran la cuarentena, además de detectar posibles contagios de casos sintomáticos y asintomáticos.
“El aplicativo generó que las personas reportaran si tenían síntomas y se generaba un pase directo o una comunicación con el representante de la salud”, comentó Gil durante su participación en el panel “Qué viene primero: ¿un gobierno digital o la salud digital?”, desarrollado durante el Roche Press Day2020.
Especialistas coinciden en que en estos avances que se dieron en el marco de la pandemia han sentado las bases para dar pasos en la adopción de la tecnología para transitar a la digitalización de los sistemas de salud en América Latina.
No obstante, aún se enfrentan a algunos desafíos respecto a la conectividad, aunque será uno de los segmentos que se verá más beneficiado con el aumento de la digitalización en la región, de acuerdo con Marcelo D’Agostino, asesor senior de Sistemas de información y Salud digital en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Cuando hablamos de registros médicos el componente más importante es el paciente y rara vez se les consulta sobre los procesos de digitalización y tienen que estar involucrados en todo momento”, puntualizó durante su participación en el evento.
Cobertura universal en salud
Crear un sistema de salud universal hacia 2030 es una meta de desarrollo sustentable en la región de acuerdo con la OPS, y para Marcelo D’Agostino este es el momento en el que los gobiernos deben adoptar la conectividad para avanzar hacia este objetivo.
“Tenemos que subirnos, es un camino sin retorno y esto significa que se deben actualizar legislaciones para que sean sostenibles. Tenemos que trabajar en las bases fundacionales para que estos avances se queden para siempre y a partir de aquí vamos a reducir las inequidades. El camino no es sencillo, pero la ruta está marcada”, añadió D’Agostino.
La región también tiene que resolver los problemas que afectan a los sistemas de salud, que son particulares para cada uno de los países, pero que también suelen repetirse, como es el caso del alto número de trabajadores informales que no tienen acceso a la seguridad social.
A esto se suma que la calidad de la atención sanitaria es otro de los eslabones perdidos para lograr que los países cumplan con la meta de la cobertura universal de salud, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En el informe Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe 2020, el organismo también des – taca que si bien el gasto en este rubro ha aumentado en los últimos años, aún se ubica por debajo del promedio y este depende, en su mayoría, de la inversión privada.
Entre 2010 y 2017, el gasto en salud por esquemas gubernamentales y seguros de salud obligatorios representó un promedio del 54. 3 por ciento del gasto corriente en la región, el resto está cubierto por seguro privado voluntario y gastos de bolsillo de los hogares.
Los cambios en las legislaciones darán paso a la transformación digital que permita el análisis de datos para generar información que permita la toma de decisiones respecto a la asignación de recursos o la prevención de una enfermedad, pero para lograrlo será necesaria la colaboración de la iniciativa privada y los gobiernos.
“La transformación del sector privado juega un papel importante en la digitalización de los sistemas de salud, pero es imposible pensar en esta transformación sin el Estado. El objetivo es llevar estos beneficios de forma equitativa y estos cambios van a permitir avanzar a conceptos más sostenidos como la medicina personalizada”, comentó Adriana Rubio, directora de Roche Diagnostics para América Latina.