Se los lleva el tren chino
Luego del fracaso del ferrocarril México-Querétaro, gobiernos sudamericanos se suben al tren de China.
El primer ministro chino Li Keqiang inició ayer una gira en Brasil, Colombia, Perú y Chile para incrementar la inversión en Sudamérica, donde esperan construir un tren que conecte la costa del Pacífico peruano con la del Atlántico brasileño.
Este proyecto costaría cerca de 10 mil millones de dólares, tardaría cinco años en construirse y abarcaría 3 mil kilómetros de Perú y 5 mil kilómetros de Brasil.
Pedro Pablo Cortéshttps://www.youtube.com/watch?v=FcJcANeAa84
Luego del fracaso del ferrocarril México-Querétaro, gobiernos sudamericanos se suben al tren de China.
El primer ministro chino Li Keqiang inició ayer una gira en Brasil, Colombia, Perú y Chile para incrementar la inversión en Sudamérica, donde esperan construir un tren que conecte la costa del Pacífico peruano con la del Atlántico brasileño.
Este proyecto costaría cerca de 10 mil millones de dólares, tardaría cinco años en construirse y abarcaría 3 mil kilómetros de Perú y 5 mil kilómetros de Brasil.
Pero, a pesar del apoyo de los gobiernos de Lima y Brasilia, el plan ha despertado cuestionamientos de ambientalistas y defensores de los derechos de los indígenas porque las vías férreas atravesarían áreas verdes y zonas con población aborigen.
“Al hacer un canal al Pacífico abres la Amazonía al mercado chino”, expresó a BBC Mundo Paulo Adario, estratega de Greenpeace. “Sería una ilusión creer que eso no va a tener impacto”.
Otros analistas señalan que la viabilidad del proyecto también está en riesgo ante problemas de corrupción y sindicatos en la región.
“Los críticos dicen que muchos acuerdos anunciados nunca han despegado, y que a veces los préstamos terminan alimentando la corrupción”, publicó ayer The Wall Street Journal.
“Un proyecto de 7 mil 500 millones de dólares en Venezuela con China Railway se encuentra incompleto y mayormente inactivo”.
Otros gobiernos sudamericanos también se han convertido en un obstáculo, como el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien protestó el año pasado tras enterarse de que el tren no pasaría por su país.
“No sé si Perú nos hace una jugada sucia”, declaró en octubre Morales, quien insiste en que el ferrocarril será más “corto y barato” si atraviesa Bolivia.
El interés de Beijing
La visita del primer ministro, a un país parte del BRICS y a otros tres miembros de la Alianza del Pacífico, muestran un interés creciente de China en invertir en la región para obtener recursos naturales y materias primas, exponen analistas.
Brasil, Chile, Perú y Colombia abarcan el 57 por ciento de las relaciones comerciales que tiene Beijing con América Latina.
El valor del intercambio comercial entre China y Latinoamérica asciende a 262 mil millones de dólares, una cifra 20 veces mayor que la del año 2000.
Hasta el momento, las empresas chinas han invertido 100 mil millones de dólares en la región, pero el presidente Xi Jinping anunció en enero que invertiría un total de 250 mil millones de dólares en los próximos 10 años.
“(Beijing) está comprometido a diversificar el comercio con los países latinoamericanos y a importar productos de mayor valor añadido”, afirmó a El País Tong Daich, viceministro de Comercio.
“Esperamos que los países latinoamericanos, especialmente estos cuatro, puedan desarrollar más el mercado chino y exportar más productos que satisfagan a los consumidores chinos”.
Brasil y Perú defienden
Los gobiernos de Brasil y Perú defienden el proyecto del tren de las críticas.
“Cada pueblito del Perú por donde pase el tren, sierra y selva, se integrará a la economía nacional. Y también representa una posibilidad de integración regional ya que va creando una red que facilita la interconexión con el Asia Pacífico”, dijo al diario El Comercio Juan Carlos Capuñay, embajador de Perú en China.
“Es la nueva Ruta de la Seda a América Latina”.
En medio de una creciente crisis de popularidad, la presidenta brasileña Dilma Rousseff alista para junio un plan de concesiones para infraestructura, en el que podrían incluirse algunos tramos de la vía férrea, según Folha de Sao Paulo.