El primer ministro de Australia aseveró ayer que su coalición conservadora de gobierno fue reelegida para un segundo mandato de tres años, tras unas caóticas elecciones generales que dejaron al país en un estado de parálisis política durante más de una semana mientras responsables intentaban dirimir quién había ganado la ajustada votación.
Aunque el conteo de los votos emitidos para los comicios del pasado 2 de julio sigue en marcha, el primer ministro, Malcolm Turnbull, explicó que la alianza encabezada por su partido, el conservador Partido Liberal, había logrado la victoria, y que el líder de la oposición, Bill Shorten, lo llamó antes en el día para felicitarlo por su reelección.
“Hemos resuelto esta elección y lo hemos hecho de forma pacífica”, dijo Turnbull a reporteros.
Sin embargo, la elección aún no está resuelta del todo. Para formar un gobierno en mayoría, el partido ganador tiene que lograr al menos 76 de los 150 escaños de la Cámara de Representantes, y ninguna de las formaciones ha alcanzado oficialmente esa cifra.
Ahora hay dos posibilidades: o bien la coalición logra una mayoría suficiente para gobernar por un estrecho margen, o el país tendrá un Parlamento sin mayorías. La última opción obligaría al equipo de Turnbull a intentar forjar una alianza con legisladores independientes y partidos pequeños para formar un Ejecutivo en minoría.