Un reino dividido
Las calles de Madrid sintieron ayer el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de España.
Con una ceremonia marcada por la austeridad y la mesura, el Congreso de España proclamó a Felipe VI como el nuevo rey del país, lo que terminó con 39 años de reinado de Juan Carlos I, el monarca que ayudó a la transición democrática.
Durante su discurso frente a las Cortes Generales, la Familia Real, los presidentes de las comunidades autónomas y casi todos los partidos políticos, Felipe se comprometió a tener un gobierno transparente, honesto e íntegro.
Pedro Pablo Cortéshttps://www.youtube.com/watch?v=yumfgqcHyWI
Las calles de Madrid sintieron ayer el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de España.
Con una ceremonia marcada por la austeridad y la mesura, el Congreso de España proclamó a Felipe VI como el nuevo rey del país, lo que terminó con 39 años de reinado de Juan Carlos I, el monarca que ayudó a la transición democrática.
Durante su discurso frente a las Cortes Generales, la Familia Real, los presidentes de las comunidades autónomas y casi todos los partidos políticos, Felipe se comprometió a tener un gobierno transparente, honesto e íntegro.
“Éstas son, Señorías, mis convicciones sobre la Corona que, desde hoy, encarno: una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”, expresó el nuevo jefe de Estado.
“Deseamos una España en la que los ciudadanos recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones y una sociedad basada en el civismo y en la tolerancia, en la honestidad y en el rigor, siempre con una mentalidad abierta”, agregó.
Pero el país unido que pinta en su discurso está lejos de ser cierto, pues el nuevo monarca debe afrontar el reclamo de los republicanos, los conflictos separatistas y los ciudadanos que culpan a las instituciones de su frágil economía.
Una república española
El 62 por ciento de la población española quiere un referéndum para decidir si el gobierno debe convertirse en una república o permanecer como monarquía constitucional, reveló El País.
Desde que abdicó el rey Juan Carlos, miles de personas han protestado para exigir este referendo, un reclamo propiciado por la baja popularidad de la Corona, que tiene un nivel de aprobación de 3.72 sobre 10.
Ayer, medios reportaron que solo unos pocos celebraron la proclamación de Felipe VI.
“Las fotografías tomadas desde el aire durante la comitiva real revelan lo que ha sido un secreto a voces desde tierra firme: la poca afluencia de ciudadanos que han querido saludar al recién nombrado rey de España”, informó El Mundo.
Un sondeo publicado en enero por este diario revela que 43.3 por ciento de los españoles quisieran una república, aunque 49.9 por ciento aún apoyan a la monarquía como modelo.
Las otras naciones
Las divisiones culturales de España quedaron en evidencia con las reacciones de Artur Mas, presidente de la Generalidad de Cataluña, e Iñigo Urkullu, presidente del Gobierno Vasco.
Ambos criticaron que el discurso de Felipe VI no es nada nuevo, le dieron una fría bienvenida y pocos aplausos.
“El discurso de Felipe VI no ha sido nuevo, el rey es nuevo pero el discurso no. Yo ya me lo esperaba, no puedo decir que me haya decepcionado”, manifestó Mas ante los medios.
“España es un Estado plurinacional y el Rey ha hablado solo de una nación cuando en España hay otras naciones como Cataluña”, añadió el catalán, quien lucha por que el Gobierno español reconozca el referendo independista que espera celebrar este año.
EFE reportó que Urkullu no veía “ninguna novedad con respecto a lo que se había escuchado hasta ahora sobre el modelo de Estado”.
Súbditos sin empleos
Felipe VI debe recobrar la confianza de los españoles que repudian la opulencia de la Corona mientras el país tiene una tasa de desempleo de 25.1 por ciento.
Además, el Fondo Monetario Internacional prevé que el PIB caiga 1.2 por ciento este año.
“Una encuesta de opinión realizada por el Instituto de Pensamiento Elcano reveló que los españoles esperan una monarquía más accesible bajo el reinado de Felipe VI”, publicó ayer BBC Mundo.
“También esperan que sea mucho más austera, a pesar de que el gasto anual del rey de España es de 10 millones de dólares, que es bastante modesto en comparación con otras monarquías europeas”.