Ayer surgió un nuevo posible caso de ébola: un niño de cinco años en el Bronx, Nueva York, quien había regresado de Guinea el pasado sábado.
A pesar de no haberse confirmado aún la presencia del virus en el menor, las autoridades tomaron medidas para trasladarlo al Hospital Bellevue.
Allí está siendo atendido y sometido a la prueba del ébola y otras enfermedades que podría haber contraído durante su visita por el continente africano.
Por su parte, “la familia… aseguró que no habían tenido ningún contacto con personas contagiadas de ébola durante su estancia en Guinea”, informó ayer NY Daily News.
Mientras, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, afirmó que “el niño estaba teniendo algunas dificultados pero no estaba claro que fueran síntomas relacionados con el ébola”.
Añadió que la propiedad de la familia y el edificio no serían descontaminadas porque “no hay presencia de ébola”.
Esto ha molestado a varios vecinos, quienes aseguran que no se están tomando las precauciones suficientes.
“El edificio no ha sido limpiado y la madre del niño salió ayer utilizando únicamente una máscara. Estoy molesto porque no nos han informado de nada y el edificio no ha sido limpiado”, apuntó un residente de la zona.
“Aquí en el Bronx parece que no estuvieran haciendo nada. Deberían estar entregando volantes sobre el ébola, explicándole a las personas cómo puedes contraerlo así como lo sucedió con el doctor. No está bien”, afirmó Tawana Johson, quien vive en el primer piso del edificio donde reside el niño.
Olvidados en África
Cada caso cuenta, cada persona infectada debe ser tratada con el mismo nivel de preocupación, dicen activistas.
El problema es que la atención mediática se enfoca en los casos que surgen en América, olvidando a cientos de niños víctimas de la epidemia en África.
Además de los 800 menores de 18 años que han contraído el virus, representando el 20 por ciento de los afectados a nivel mundial por el ébola, hay alrededor de 3 mil 700 huérfanos que han perdido a sus padres con la enfermedad mortal.
“Carolyn Miles, presidenta de ‘Save the Children’, acaba de regresar de un viaje por Liberia cuando hablamos vía telefónica. En sus 16 años dedicados a la caridad, ayudando a niños en necesidad, ella asegura que jamás había visto algo parecido al sufrimiento generalizado que el ébola está infligiendo a los niños”, publicó The Daily Beast el pasado 13 de octubre.
Incluso, la UNICEF se ha notado preocupada ante la situación.
Además de dejarlos huérfanos, le está causando a los niños “problemas emocionales, especialmente cuando ellos o sus padres son aislados para ser tratados”.
Y aunque Cuba envíe médicos a la región y organizaciones como la UNICEF hayan donado fondos para combatir el virus mortal, el trecho por recorrer antes de combatir la epidemia continúa siendo muy largo.
Esta, no solo ha causado pánico entre los ciudadanos del mundo, sino ha dejado en evidencia la poca preparación que existe para evitar el contagio, a tal punto que el virus ya migró de continente.