Hace 30 años que la Ciudad de México se estremeció con un temblor que dejó tatuada el alma de miles de mexicanos. Se sacudieron las conciencias y se construyó una nueva sociedad. Desde el 19 de septiembre de hace tres décadas el dolor sigue y asimismo sigue la pregunta de si estamos preparados para un evento así. ¿Existen los planes preventivos para un temblor como el de 1985? ¿Tiene el Gobierno del Distrito Federal el equipo y los cuerpos suficientes si esto volviera a suceder? ¿Persiste la solidaridad entre los ciudadanos para una tragedia de esta magnitud? La lógica o la realidad tienen las respuestas y no son muy alentadoras. A 30 años del terremoto no nos queda más que por un lado seguir sintiendo dolor y por el otro tener la esperanza de que no vuelva a suceder.
El Pachuco de Carmen Salinas
Para que no digan que no tiene proyectos legislativos y por eso debe renunciar a su curul, la actriz Carmen Salinas presentó ayer su primer punto de acuerdo: celebrar el natalicio de Tin Tan. Es en serio. El punto de acuerdo fue enlistado en la Gaceta Parlamentaria pero la sesión se terminó temprano y no fue leído, pero, como es costumbre, es probable que sea enviado a la Comisión de Cultura y ahí se dictamine. Ahora que si lo que quieren es que quede huella de su participación en tribuna, la otra opción es que el martes Salinas suba a tribuna para argumentar por qué El Pachuco debe de tener su efeméride nacional el 19 de septiembre, día de su natalicio. Ahora sí que sus detractores ya no pueden decir que no trabaja.
Una alianza sui generis
Así casi como dice aquella canción “Despacito, muy despacito”, en la Cámara de Diputados ya se está cocinando la forma de hacer una alianza que si bien no tendrá un nombre propio –por lo pronto– sí tendrán efecto en las votaciones. Gustavo Madero, del PAN; Guadalupe Acosta Naranjo, del PRD; y René Cervera, de Movimiento Ciudadano, han buscado tejer una red legislativa que les ayude a sumar apoyos para revisar temas que en el Senado o en la Cámara de Diputados la mayoría del PRI y sus aliados han pasado sin chistar. El primer asunto en el que se han unido para revisarlo es el de la iniciativa del derecho de réplica, que se revisa en el Senado. Habrá que ver si esta unión de facto surtirá efecto a la hora de los votos, pues la división parece ser una moneda común al interior de sus propios partidos y bancadas. A ver si los diputados no acaban cantando aquella estrofa de la misma canción: “Pero todo, todo se acaba…”