Así empieza la emblemática canción que Agustín Lara le compuso a María Félix y hoy las autoridades locales se roban la primera estrofa para cantarle a la Federación. Y es que conforme pasan los días las cosas se ponen peores en el otrora famoso y visitado puerto. Ayer asesinaron al director de Recursos Humanos, Andrés Lara García, y a su chofer a plena luz del día y sin que se diera con los perpetradores del crimen. Al alcalde Evodio Velázquez no le quedó más que pedir al gobierno federal que les eche la mano porque de plano la situación está más que difícil. Lo que más llama la atención es que el perredista grite a lo más alto de la pirámide y no a las autoridades estatales en manos del priista Héctor Astudillo. Pero, bueno, el gobernador apenas entró y pidió lo mismo, así que ya son muchas las voces que piden que se acuerden de Acapulco.
La reforma del DF
Anoche la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados avaló el dictamen de la Reforma Política del Distrito Federal, con lo que se avanza en un añejo proyecto que bastante falta hace y en el que están involucrados muchos actores políticos. La idea principal de este proyecto es la creación de una Constitución para la Ciudad de México y hacer cambios estructurales en la estructura del Gobierno del Distrito Federal. Sin embargo, nos cuentan que, para que siga el proceso legislativo normal y suba al Pleno para que sea votada por todos los diputados, hay broncas. Resulta que la bancada de Morena y del PRD tienen algunas objeciones y por eso si hoy sube ese dictamen la sesión promete estar de antología.
La tarea final en el Senado
En el Senado todavía no saben qué hacer con la terna que el Ejecutivo envió para llenar la vacante de Olga Sánchez Cordero en la Suprema Corte de Justicia.
Por un lado, hay quien considera que las tres opciones son muy malas y ninguna podrá llenar los zapatos —bastante grandes, por cierto— de la hoy ministra en retiro.
Estos senadores se han pronunciado por rechazar la terna y pedir al Ejecutivo que envíe otras tres opciones. Aunque en ello, dicen, podría ir el riesgo de que la Presidencia impulse a una mujer que trabaja en el Tribunal Electoral, quien —desde ya— tiene el veto de la oposición. El peligro, dicen, es que si la nueva terna es rechazada, el Ejecutivo podrá nombrar a la nueva ministra sin que medie voto del Senado, con lo que le darían paso directo al máximo tribunal. Del otro lado, están quienes se pronuncian por escoger a la opción menos peor y tratar de evitar que la Corte quede incompleta por mucho tiempo.
¿Qué harán los senadores? Hagan sus apuestas.