¿Se imagina qué pasaría si en la próxima elección del 2018 senadores de Estados Unidos vinieran a México para hacer activismo a favor de un candidato? Seguramente no pasarían ni cinco minutos para que la clase política del país se rasgara las vestiduras y acusara injerencia, pérdida de la soberanía y cantara con ahínco aquello de: “Más si osare un extraño enemigo…” Pero, eso sí, como dice el dicho: “Hágase la ley en los bueyes de mi compadre”, porque resulta que entre hoy y mañana, los senadores Hilda Flores, del PRI; Laura Rojas y Mariana Gómez del Campo, del PAN; Zoé Robledo, del PRD; y Gerardo Flores, del PVEM, andarán por Washington para reunirse con diplomáticos y líderes de la comunidad latina para promover que los paisanos voten. Y aunque ahora digan que no van a apoyar a nadie, varios de ellos usaron una camiseta a favor de la campaña de Hillary Clinton en el pleno del Senado. A ver si cuando vengan congresistas norteamericanos a apoyar a alguien en México no se les olvida quién comenzó.
Alianza que cae
A fin de mes se tiene programada una reunión del Consejo Estatal del PRD en el Estado de México.
Todo indicaba que llevarían a la mesa la aprobación de realizar alianzas con otros partidos para poder volverse más rentables electoralmente. Pero resulta que las corrientes Alternativa Democrática Nacional (ADN), que encabeza Héctor Bautista, e Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano, ya dijeron que no van con la alianza, lo que vuelve letra muerta el proyecto. A ver a final de mes las tribus se ponen de acuerdo, si no, pues las posibilidades para el sol azteca son nulas.
Reparto de culpas
Los diputados andan apurados con sacar la madrugada de este jueves el Presupuesto de Egresos 2017. Y es que, nos cuentan, el análisis de los legisladores es que la aprobación de la segunda parte del Presupuesto se puede diluir en el escándalo que provoque el triunfo de cualquiera de los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos. ¡Ah, qué los diputados!