El Partido Verde de Jorge Emilio González, el ya no tan niño verde, y propiedad también de Arturo Escobar, dejó ver su rostro real. Durante este sexenio saliente -y en los anteriores también- supieron gozar de las mieles del poder, exprimieron las arcas del dinero público, recibieron múltiples beneficios, que van desde contratos en Pemex hasta concesiones de diversos ámbitos. Vamos, lo que demostraron es que al final lo primero que importa al Partido Verde es el dinero, y después el dinero, y en tercer lugar el dinero. Como ya cambió el sistema político Mexicano prefirieron ahora volverse independientes, para volver a venderse al mejor postor. ¿O no es cierto?
El “selfierio”
Durante la toma de protesta de los 499 diputados federales para la LXIV Legislatura, además de los acostumbrados saludos cordiales, apretones de mano, besos o abrazos efusivos entre los nuevos inquilinos de San Lázaro, llamó la atención la constante utilización de teléfonos celulares.
No crea que nada más para hablar por teléfono o para mandar un mensaje. Los legisladores se dieron vuelo tomándose ‘selfies’ con todo aquel que quisiera posar, y los más ‘tecnológicos’ para transmitir en vivo los pormenores de la Sesión Constitutiva. A ver si ese mismo entusiasmo mantienen a la hora de legislar.
La desaparición de Los Chuchos
La otrora poderosísima tribu perredista de Los Chuchos (Jesús Ortega y Jesús Zambrano) está pasando un trago muy amargo y ve contados sus días como los mandamás en el sol azteca. Debilitados y sin cargos públicos que les permitan negociar o hacer presión, Los Chuchos recibieron su última estocada cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no favoreció a Zambrano con darle un espacio en el Senado. Con decirles estimados lectores que nos cuentan que en una comida Jesús Ortega deslizó la idea de que ya era tiempo de dejarle el partido a una nueva generación. La pregunta que todos se hicieron fue ¿Cuál partido?