A un año del feminicidio de Renata Martinely, de tan solo 13 años, su madre ha señalado ante la Fiscalía especializada de Feminicidio que su expareja es el principal sospechoso y que éste sigue en libertad.
Renata fue asesinada el 29 de noviembre de 2020, cuando un hombre entró a su cuarto la golpeó, abusó sexualmente de ella y la asfixió; las autoridades del Estado de México, lugar en donde se cometió el ilícito, catalogaron el crimen como feminicidio.
“Mi niña estaba demasiado dolida con él, me decía: ‘¿cómo es posible, mamá?, si yo en su momento lo defendía de cuando peleaban, ¿por qué defraudó mi confianza?, ¿por qué me hizo esto?’. (Mi expareja) era la única persona que sabía que yo ese día trabajaba, que mi hija se quedaba sola. Tengo un coraje, una rabia, por el asesinato de mi hija, que siente hasta los huesos”.
“Me da tristeza ver cómo, teniendo un presunto culpable, las autoridades no hagan nada para detenerlo, ¿por qué no pueden relacionar una carpeta con otra?, da tristeza ver cómo para ellos solo son estadísticas que ven subir como espuma, sin darse cuenta de que su pueblo sufre, y mucho”, dijo Karen Martinely Reyes, madre de la menor de edad, en una entrevista al diario El País.
En lo que va del 2021, en nuestro país se han reportado 77 feminicidios de menores de 18 años, así lo dijo la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, al comparecer ante la Cámara de Diputados.
Setenta y siete niñas y adolescentes han fallecido en manos de conocidos o familiares, hecho que, como señala Rosa Icela, no debe soslayarse.
Estos asesinatos que horrorizan deberían paralizar la marcha del país, porque bastaría una sola niña asesinada para hacer un alto en el camino. No obstante, las cifras oficiales quedan muy por debajo del reciente análisis realizado por el periódico El Universal, sobre que cada día es asesinada una niña en México.
La Red por los Derechos de la Infancia (Redim), afirma que los casos de feminicidio en niñas incrementan debido a que a la violencia se le tiene que añadir la total impunidad que existe. Esa impunidad, que se debe a que las autoridades son cómplices machistas, impide que el panorama cambie.
Redim sostiene que el aumento de violencia contra las menores de edad se debe a tres elementos: la lucha contra los grupos criminales que se vive en México desde hace más de 15 años la resistencia cultural que impera para reconocer a las niñas y el mensaje político que se ha dado desde el más alto poder de que el tema no interesa.
En 2020 se reportaron, en total, 115 feminicidios de niñas; en 2019, 95; en 2018, 83; en 2017, 66; en 2016, 55; y en 2015, 50. Lo que indica que, cada año, este delito va en aumento.
“Si nos hubieran brindado realmente más apoyo, mi hija seguiría viva. El mismo día que se perdió mi hija no se pudo levantar ninguna denuncia, la hicimos hasta el día siguiente”, afirmó Magdalena Antón, madre de Fátima, quien fue víctima de feminicidio con tan solo siete años de edad. #NiUnaMás