Como si fuera el cuarto integrante de “los Panchos”, un inspirado Felipe Calderón parafraseó la famosa composición del peruano Adrián Flores en su discurso de ayer.
Y es que Calderón trató de explicarles a sus paisanos que en su gobierno, a pesar de La Familia michoacana y la derrota de su hermana María Luisa, puso “alma, corazón y vida” pensando siempre en los michoacanos.
“He puesto todo mi empeño, mi dedicación y mis capacidades: alma, corazón y vida pensando en Michoacán”, dijo Calderón en la ceremonia conmemorativa del natalicio de José María Morelos y Pavón.
Sin embargo, algunos conocedores en esas cuestiones de la emoción y el corazón sugieren que el trovador michoacano hubiese dado una mejor explicación de lo que ocurrió en el sexenio, si hubiera parafraseado alguna de las estrofas que cantan los famosos Tigres del Norte en su corrido intitulado “La Granja”.
Sobre todo aquel estribillo en el que dice “que a diario hay mucho muerto a lo largo de la granja.”
Y es que ayer mataron a siete personas en Michoacán. Además de otras siete de Nuevo Laredo, y seis de Monterrey y cuatro de Jalisco… y a dos de Cancún.
El informe del cuadrilátero
Sin duda que el mal ejemplo cunde. Después de los espectaculares informes de Marcelo Ebrard en el Auditorio Nacional, y el de Eruviel Ávila en el Teatro Morelos de Toluca, el gobernador de Chihuahua, César Duarte, no quiso quedarse atrás.
Al informe del gobernador norteño asistieron 19 gobernadores, además del diputado Manlio Fabio Beltrones y el senador Emilio Gamboa Patrón.
Sin embargo, el hecho de que al informe de Duarte hayan ido más gobernadores que los que fueron al Estado de México, no fue lo que más llamó la atención.
Lo verdaderamente espectacular fue ver al gobernador chihuahuense en el centro de un cuadrilátero de box rindiendo su segundo informe de gobierno.
¿Será que el gobernador Duarte anda haciendo rounds de sombra para colarse a las grandes ligas?
El ilusionista
Si México tiene uno de los últimos lugares en materia de seguridad –de acuerdo a los indicadores de competitividad del Foro Económico Mundial– con toda seguridad ocuparía el primer lugar en materia de ilusionistas parlamentarios.
Y es que contamos con auténticos expertos en el arte de aparecer y desaparecer, como el diputado guanajuatense Francisco Arroyo Vieyra, que le daría las 10 y las malas al Fantasma de la ópera.
Y díganos usted si no.
Recordemos el show de la toma de posesión de Felipe Calderón en la que el michoacano apareció en las cámaras de televisión como sacado de la manga de un conejo. A su lado apareció también el legislador guanajuatense Francisco Arroyo.
Pues bien, el viernes pasado, el acto de magia se repitió.
Después de transcurridos 50 minutos de que se decretó un receso porque 50 diputados de izquierda tomaron la tribuna de San Lázaro, el presidente de la Cámara, Jesús Murillo Karam, apareció de pronto en un balcón del recinto parlamentario para decretar la aprobación de la reforma laboral.
Le acompañaban los secretarios de la Mesa Directiva, el vicepresidente José González Morfín y, desde luego, adivinó usted bien, el diputado ilusionista Francisco Arroyo.
El show tiene que continuar
Si usted se perdió el show del viernes, podría ser que la función se repita el miércoles. Aunque esta vez con otros actores.
Ante la amenaza de que se rodearán las instalaciones del Senado, los estrategas escapistas ya tendrían otras sorprendentes alternativas: tanto para ingresar al recinto como para aprobar la ley.
Recordemos que ahí también hay personajes muy experimentados en esas artes, como el senador Emilio Gamboa Patrón.