Si bien es cierto que la economía está estancada, como dice el presidente del PAN, Gustavo Madero, y que se han cometido errores, eso no quiere decir que la falla sea exclusiva de las administraciones priistas.
Y que ni le muevan los panistas al tema, porque en los dos primeros años de la administración de Vicente Fox, por ejemplo, las cosas fueron mucho peor que ahora.
Es cosa de hacer memoria. El crecimiento económico del 2001 fue negativo. La economía cayó un 0.61 por ciento. Para el 2002 apenas creció 0.13 por ciento.
Es decir que, acumulados los dos primeros años del gobierno “del cambio”, el producto interno bruto no solamente no creció, sino que decayó un 0.48 por ciento.
Y si se trata de comparar administraciones panistas, hay que decir que las tasas de crecimiento económico que obtuvieron Vicente Fox y de Felipe Calderón en sus sexenios, fueron inferiores a las de Luis Echeverría, José López Portillo, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. Solo Miguel de la Madrid estuvo peor.
Pelos de la burra
Quienes sostienen, como el senador perredista José Luis Barbosa, que el Gobierno Federal negoció con los panistas calderonistas la libertad bajo fianza de Amado Yáñez, deberían echarse un clavado al expediente y darle una leidita a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.
Y es que no porque el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, haya declarado a priori que el caso de Oceanografía era un caso de delincuencia organizada, Amado Yáñez tenía necesariamente que ser procesado conforme a la Ley de Delincuencia Organizada.
Y es que una cosa es que un deudor engañe a su acreedor con documentos falsos, si es que realmente Amado Yáñez engañó a los funcionarios de Banamex, y otra muy distinta es que el acusado haya incurrido en las conductas descritas en el artículo segundo de la Ley contra la Delincuencia Organizada.
Si el senador Barbosa cuenta con los elementos para probar la probable responsabilidad de Yáñez conforme a la ley de delincuencia organizada, ya se le está haciendo tarde para que haga públicos los pelos de la burra que debería tener en la mano.
De dientes para fuera
Sería preferible que el presidente del PAN, Gustavo Madero, ya se deje de andar convocando a la unidad al grupo de calderonistas o antimaderistas que no votaron por él.
Qué mejor prueba que Madero solo habla de dientes para fuera, que la integración de la Comisión Permanente encargada de palomear a quienes aspiren a ser candidatos.
Solo dos de los 40 miembros pertenecen al bando de Cordero.
