No cabe duda que, como dice el dicho, “no hay vicio sin suplicio”. El PRD es un buen ejemplo. Las divisiones entre sus diferentes grupos políticos -las tribus, como muchos las han llamado- salen a flote hasta en los momentos de definición más álgidos. Ayer, mientras en el Senado se discutía el aplazamiento del apagón analógico, Iris Vianey Mendoza, senadora perredista por Michoacán, dijo que el PRD ya había analizado el tema y se pronunciaba a favor. Pero más tardó en terminar de hablar, cuando una compañera suya, Dolores Padierna, del Distrito Federal, le pidió que cerrara la boca. Padierna pasó a tribuna a pedirle a su compañera que no hablara a nombre de todos los perredistas, porque algunos no se iban a prestar a negociar “quién sabe qué”. Así andan los niveles de insidia pública por los rumbos de la bancada del PRD en el Senado.
El revire a Sota
La Corte de Estados Unidos le dio un duro revés a la que alguna vez fue poderosísima en México. Les hablamos de Alejandra Sota, a quien las autoridades norteamericanas le tumbaron su intención de demandar a la periodista Dolia Estevez, quien escribió un artículo en la revista Forbes sobre los 10 funcionarios más corruptos de México. La otrora consentida del expresidente Felipe Calderón consideró infundado el reportaje y quiso entablar una demanda en la Corte del estado de Virginia. Finalmente, ayer se desechó y Sota tendrá que morder el polvo contra un trabajo periodístico que en su momento estuvo justificado. Debe de ser duro para los calderonistas perder el poder que algún día tuvieron.
A la antigüita
Así como antes los diputados y senadores podían portar armas en las sesiones, nuevamente en el Congreso mexicano se permitirá portar armas. Ayer en la Cámara de Diputados se aprobó que en el recinto legislativo pueda haber personas armadas. Se modificó el artículo 12 de la Ley Orgánica del Congreso para que se permita nuevamente traer armas de fuego como en aquellos tiempos de los que hasta bromas se hacen. De prosperar esta medida a ver si luego no resulta contraproducente y uno de esos acalorados debates entre partidos de oposición y del gobierno termina en balacera. Sin duda debe haber temas más importantes que este, pero nuestros diputados le dieron prioridad.