Apocalipsis ahora, Vol-XXIX (Fireball)
Ya abrieron los gimnasios y los cines ¿para cuándo? Sí, te pregunto a ti, legislador, alcalde, gobernador, jefa de gobierno y presidente, que tanto pugnan por defender el arte y cultura en este país tercermundista. La industria AGONIZA frente a sus ojos, el duopolio de la exhibición (por más absurdo que parezca) ¡NECESITA abrir sus […]
Hidalgo NeiraYa abrieron los gimnasios y los cines ¿para cuándo? Sí, te pregunto a ti, legislador, alcalde, gobernador, jefa de gobierno y presidente, que tanto pugnan por defender el arte y cultura en este país tercermundista. La industria AGONIZA frente a sus ojos, el duopolio de la exhibición (por más absurdo que parezca) ¡NECESITA abrir sus salas!
Merecemos cine ¡YA!
Expresado lo anterior, demos paso a un tema más amable, al documental que pasó de noche directo al streaming, sin ventana de proyección en salas, en parte por la pandemia, y en parte porque fue adquirido por Apple TV para su servicio plus. Esta película, les prometo que al menos durante una hora y 37 minutos, les hará olvidar sus problemas de encierro y económicos; para cuando finalice, hasta pensarán que su vida y este virus, son insignificantes en la historia del tiempo universal.
Lo mejor fue ver Fireball: Visitors from darker worlds, (que en español sería Bola de fuego: Visitantes de mundos oscuros) sin leer una sola sinopsis, solo darle play a esta nueva cinta de Werner Herzog, que dirigió con su colaborador ya recurrente Clive Oppenheimer, vulcanólogo con el que empezó a tejer relación desde hace más de una década, cuando apareció en otro documental extraordinario del cineasta bávaro, Encuentros en el fin del mundo (2007).
Solo daré una pista que enganchará a toda la ciudadanía de este país, México es parte central de esta historia, volvemos a ser un “ombligo”, pero ahora no de la Luna, pero sí del planeta entero, ya que bien debemos recordar que aquí, hace 65 millones de años, el curso de la Tierra cambió por completo.
El título más que engañar, podría distraer hacia una película de ciencia ficción o de horror intergaláctico al mero estilo de Alien, el octavo pasajero (1979), pero no temáis, este es solo un hermoso guiño de Herzog por despertar nuestra curiosidad.
¿Sabían que constantemente y literalmente todos los días recibimos toneladas de polvo interestelar? Openheimer y Herzog se encargan de dar seguimiento a estos sedimentos del Universo y entender cómo es que distintas culturas en varias latitudes, entienden o perciben los meteoritos que llegan a la Tierra.
Hawái, Estados Unidos; Roma, Italia; Rajasthan, India; Oslo, Noruega; Mérida y Chicxulub en Yucatan, Mexico; y por supuesto, de nuevo, la Antártida, son visitadas por este par, para ahondar en estos “visitantes” de mundos más allá del sistema solar.
¿Por qué es importante hablar y ver el filme? Porque ¡ni siquiera está dentro de la lista corta a considerar ser nominada en los Oscar! Esa es una verdadera tragedia, les invito a disfrutar de Fireball, para recapacitar de nuestro presente, pero también visitar nuestro pasado y pensar en nuestro futuro.