http://www.youtube.com/watch?v=qQfdEjmvMNA
¿Quién de nosotros tiene el gusto de conocer a Don Marcelino Baranda, productor de nopal en Santa Ana Tlacotenco, en la delegación Milpa Alta?
¿Cómo olvidar a Joel? organillero que por cuarta generación, cultiva el oficio de tocar, pero sobre todo cargar, este instrumento típico mexicano.
Podríamos llenar millones de páginas con toda clase de personajes a los que, para bien o para mal –como a nosotros– les ha tocado vivir donde les tocó.
Y es que Cristina Pacheco y la emisión “Aquí nos tocó vivir”, cumplen 35 años de transmisiones.
Basta solo una línea para expresarlo, pero hay que puntualizar, realizar cualquier actividad productiva durante más de tres décadas es digno de elogio, crear un programa mil 680 veces hacen de Cristina y su equipo maestros del discurso audiovisual.
“Aquí nos tocó vivir” encuentra las historias en los que aparentemente no la tienen. En los ajenos del poder, del dinero y de las primeras planas; en los que caminan, gozan, sufren y construyen la ciudad más grande del mundo día a día.
Poseedora de un estilo único para entrevistar, Pacheco penetra en la vida de niños, mujeres y hombres que hacen lo que mejor sabe hacer el ser humano: sobrevivir.
La experimentada periodista y escritora no pretende nada, absolutamente nada que no sea desenterrar el tesoro de recuerdos, experiencias y anhelos que lleva consigo cada uno de sus entrevistados.
Ellas y ellos se rinden ante el genuino interés que Pacheco muestra en todas las conversaciones que sostiene. Develan su vida ante el escrupuloso tacto con el que Cristina los aborda.
Un programa de media hora una vez a la semana, podría parecer poco tiempo para plasmar ideas y palabras idóneas que todo reportero espera obtener de su entrevistado, sin embargo, el equipo de producción lo hace con exquisita sutileza, mezclando voces con imágenes que llenan el contexto del personaje en cuestión.
La fórmula de “Aquí nos tocó vivir”, radica en que su técnica narrativa detona del universo particular de un mexicano y se convierte en un aspecto universal, cuando, después de transmitirse, rebotan en el televidente ávido de reflejarse en otro, en otros.
Más aún cuando el reflejo es transparente y digno. Es la antítesis de la mexicanidad burda e insípida recreada en las telenovelas.
Por eso no sorprende que el programa fuera declarado recientemente Patrimonio Cultural de los Pueblos por la UNESCO.
A Cristina Pacheco, conductora, productora y guionista; David Segovia, camarógrafo; Marco Antonio Ruiz, realizador; Martha Cruz en investigación; Javier Segovia y Juan Carlos Robles en producción y Cecilia Mota en diseño digital les tocó trabajar en OnceTV.
La ventana a su vida laboral se abre cada sábado a las nueve de la noche, justo después de que el soberbio Mambo del Poli de Dámaso Pérez Prado anuncia el comienzo de “Aquí nos tocó vivir”.
Enhorabuena.