A partir de hoy se empezará a conocer de qué están hechos el gobierno de Enrique Peña Nieto y los grupos que se oponen a que se aprueben sus reformas.
Y es que esta semana el gobierno federal tendrá que enfrentar multitudinarias manifestaciones en contra de las reformas propuestas por el gobierno y que ya “han hecho suyas” el PRI y el PAN.
Para empezar, la sección 22 del Sindicato de Maestros de Oaxaca anunció que desde hoy los 70 mil profesores de ese Estado iniciarán un paro indefinido de labores y se concentrarán en la ciudad de México.
Y es que a partir de hoy también los diputados empezarán a preparar los dictámenes de las leyes secundarias en materia educativa que deberán quedar aprobados por la vía del fast track entre el miércoles y el viernes de esta misma semana.
No por nada, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo, ya pidió a “las autoridades correspondientes” seguridad para la Cámara de Diputados.
El espíritu de los Cárdenas
Como si con la protesta de los maestros no fuera suficiente, las huestes perredistas se reunirán hoy en el monumento a la Revolución, en donde se encuentran los restos del general Lázaro Cárdenas del Río.
Frente a la cripta de su padre, Cuauhtémoc Cárdenas será el encargado de proclamar la reforma energética del PRD que en lo esencial se opone a las modificaciones a la Constitución que proponen el PAN y el Gobierno.
Entre acólitos y sacristanes
Quién sabe qué tan oportunos hayan sido los señalamientos de la dirigente de la CNOP Cristina Díaz al calificar de “acólitos de Cadenas” a quienes se oponen a la reforma energética del gobierno federal.
Y más cuando, en medio de un anquilosado rito de culto a la personalidad presidencial, típico del priismo de antaño, la exsecretaria general del PRI señaló que “el presidente Peña ha desmantelado el mito genial del cardenismo, que fue más sensato y audaz que sus acólitos de hoy.”
Ante la naturaleza de la crítica, no vaya a ser que los “acólitos del cardenismo” acusen a los priistas de ser los “sacristanes de Peña Nieto”.
Por cierto, y nada más por aquello de los derechos de autor, es oportuno precisar que a uno de los primeros que se le escuchó decir que Lázaro Cárdenas no se opuso a la participación de la iniciativa privada en la explotación del petróleo, fue al panista Rubén Camarillo cuando era senador de la República.