¿Asesor o vendedor?

¿Tienes fresco en tu mente el costo de un neumático? Obviamente depende del vehículo, pero lo que es una realidad es que no son económicos. Ahora bien, casi todo el mundo sabe que tienen una vida útil y que al paso de los caminos habrá que reemplazarlos por el desgaste natural de rodamiento. Y creo que hasta ahí la mayoría de las personas somos conscientes de este gasto que en algún momento deberá efectuarse.

Desafortunadamente estamos expuestos a que se tenga que cambiar una llanta no porque “le toque”, sino porque caímos en uno de los innumerables baches que existen prácticamente en todas las vialidades del país, pudiendo ocurrir incluso si es nuevo el auto. ¡Eso sí que da mucho coraje!

¿A qué viene todo este cuento? Muy sencillo: a que en nuestro país nos podemos asegurar contra estas contingencias, lo que significa que, en el citado percance de caer en un agujero, la compañía de seguros nos pagará buena parte del valor del neumático. ¿Lo sabías?

Aquí es donde entra parte del título de este artículo: la Asesoría, con mayúscula, pues no es lo mismo vender que asesorar. Con todo respeto comento que hay personas que simplemente se dedican, dentro del mundo financiero, a “levantar pedidos”, y eso evidentemente no es profesional.

Quien se dedica a la asesoría bien me informará sobre las coberturas que existen en el sector asegurador y que más me convengan de acuerdo con mis necesidades, expectativas y estilo de vida; no nada más “colocará” su producto para ganarse una comisión.

Por eso es indispensable que seamos irrestrictos en el momento de la compra de un producto tan delicado como lo es un seguro. Recordemos que lo que hacen estos instrumentos financieros es minimizar las pérdidas económicas y evitar la pérdida del patrimonio que tanto trabajo nos cuesta crear durante una vida entera. Tener un seguro no significa que no sucedan las eventualidades… ¡para nada! Sino que, de presentarse, la pérdida económica sea cubierta justo por quienes se dedican a la protección pecuniaria de las personas y de los bienes: las aseguradoras.

Y dentro de esto, recuerda la fundamental importancia de que busques orientación del más alto nivel sobre un mundo que es basto y complejo. Perdón que insista, pero no olvides tener Asesoría de cabecera en materia aseguradora; así te ahorrarás muchos dolores de cabeza y, por supuesto, mucho dinero

Recuerda: “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.

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