Avances tecnológicos
¡Qué tiempos aquellos cuando todo se hacía “a mano”! Mi generación es híbrida, pues vivimos nuestra niñez y juventud sin computadoras personales ni teléfonos móviles inteligentes, y ahora hasta un párvulo tiene acceso a estos aparatejos. La actividad aseguradora requería una capacitación especial para poder cotizar sus productos. En muchos casos se utilizaban tarifas “al […]
Gianco Abundiz¡Qué tiempos aquellos cuando todo se hacía “a mano”! Mi generación es híbrida, pues vivimos nuestra niñez y juventud sin computadoras personales ni teléfonos móviles inteligentes, y ahora hasta un párvulo tiene acceso a estos aparatejos.
La actividad aseguradora requería una capacitación especial para poder cotizar sus productos. En muchos casos se utilizaban tarifas “al millar” para determinar la prima que debería pagar el cliente. Una gran cantidad de personas que se dedicaban a la intermediación de seguros no tenían estudios profesionales y aun así aprendían a manejar estos “almanaques numéricos” sin problema alguno.
Las pólizas se imprimían y se entregaban en elegantes carpetas con diseños profesionales para que pudieran ser arrumbadas en lo profundo de un cajón hasta la siguiente renovación. Se acostumbraba cobrar en efectivo y con cheque, pues no existían las transferencias electrónicas… En fin, en tan pocos años se han presentado cambios sustanciales en la vida económica del planeta y muy en particular del sector asegurador.
Hoy se tienen plataformas que permiten cotizar y contratar, de manera rápida y efectiva, a través de whatsapp y redes sociales. Además, hay aplicaciones particulares de cada empresa de seguros para que, en caso de siniestros, solicitemos el servicio requerido con tan solo apretar un botón, llámese asistencia vial o hasta un ajustador en caso de percances mayores.
Por supuesto que también se tienen todos los mecanismos de pago con la misma facilidad de una aplicación, por lo que hoy por hoy es muy sencillo hacer una transferencia igualmente desde cualquier dispositivo, llámese teléfono, tableta o computadora. Sin embargo, en este aspecto en particular, debemos cerciorarnos de que la aplicación de recursos se haga como Dios manda y así evitar el riesgo de quedar desprotegidos. Un simple error de dedo puede originar un problema bastante serio.
Así ha avanzado la tecnología y hay que adaptarse a ella. Aunque todavía somos varios a los que nos cuesta más trabajo, es una realidad que todo va para allá. Por ejemplo, en materia de nuestro bolsillo seguramente tendremos dificultades cada vez más grandes si no logramos compenetrarnos con estos cambios, y no hay que perder de vista que todos estos inventos también nos pueden ayudar a llevar mejor control del dinero y así gastar de forma más ordenada.
Utiliza estas herramientas a tu favor para que crezca tu patrimonio.
Recuerda: “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.