El discurso que el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, pronunció ayer en San Lázaro al conmemorar los 200 años de la promulgación de la Constitución de Apatzingán, invita a la reflexión.
Y es que el diputado Aureoles tiene toda la razón cuando señala que guardadas proporciones, al igual que hace 200 años México se encuentra en crisis y que la que hoy padecemos “no solo es económica, ni es solo de inseguridad, como tampoco es exclusiva de alguna entidad particular.”
Más nos vale que sea cierto
Más nos vale que sean ciertas las acusaciones que el procurador general de la República le imputó a José Luis Abarca, expresidente municipal de Iguala.
Ya que si la información que le dieron a Jesús Murillo Karam no se ajusta a la verdad, no nos vamos a acabar la crisis de credibilidad que hoy afrontan las autoridades, y podría convertirse en un tsunami.
Según el procurador general de la República, el expresidente de Iguala, José Luis Abarca, y su mujer, ordenaron a la policía atacar a los estudiantes normalistas y entregarlos a los sicarios.
Y puede ser que así haya sido. Aunque siempre cabría la duda sobre por qué si el interés de José Luis Abarca hubiera sido impedir que los normalistas llegaran al centro de Iguala, ¿no hubiera sido más lógico bloquear las calles de acceso con patrullas, en lugar de lanzar ráfagas de balas?
¿Qué ganaba el alcalde de Iguala al ordenar que los 43 estudiantes fueran entregados a un grupo de sicarios?
Por el bien de todos, ojalá la información que le dieron al procurador Murillo, en esta ocasión sea cierta.
Ya ve usted que resultó falso que las autoridades hubiesen detenido a “El Molón”, Salomón Pineda Villa, cuñado del exalcalde de Iguala.
Ahora en Guanajuato y Ecatepec
A los problemas por lo ocurrido en Iguala y en Tlatlaya, habrá que sumar el presunto asesinato de un estudiante jalisciense por la policía de Guanajuato, y el presunto intento de secuestro llevado a cabo por un policía de Ecatepec.
Por fortuna en el estado que gobierna el panista Miguel Márquez solo hubo protestas estudiantiles.
En cambio, en Ecatepec una turba enardecida quemó seis vehículos, cuatro de los cuales eran de la Policía Municipal.
Además, la multitud enardecida ingresó a una tienda departamental para robarse aparatos eléctricos, ropa y cuanto pudieron.
